[Análisis] Firewatch: una gran historia en un mundo pequeño

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Todos tenemos esa película, libro o banda que nos da un poco de vergüenza admitir que disfrutamos. En lo personal, Firewatch entra en esa categoría, y con el tiempo he aprendido a reconciliarme con el juego lanzado por Campo Santo en 2015.

Sinopsis: «El año es 1989. Eres un hombre llamado Henry quien se ha escapado de su desordenada vida para trabajar como vigilante de incendios en el desierto bosque de Wyoming. Posado en la punta de la montaña, es tu trabajo encontrar humo y mantener la naturaleza a salvo.

Un verano especialmente caluroso y seco los tiene a todos preocupados. Tu supervisora, una mujer llamada Delilah, está disponible para ti en todo momento a través de una pequeña radio de bolsillo, y es tu único contacto con el mundo que dejaste atrás. Pero cuando algo extraño te saca de tu torre de vigilancia hacia el mundo exterior, explorarás un ambiente salvaje y desconocido, enfrentando preguntas y haciendo decisiones interpersonales que pueden construir o destruir la única relación significativa que tienes.»

Mi historia con Firewatch no comenzó de la mejor forma: compré el juego por error, probando el sistema de compra con tarjetas nacionales en la plataforma Steam. Al distraerme, terminé con un juego que no me llamaba mucho la atención en mi catálogo, pero decidí darle una oportunidad para finalmente llevarme una gran sorpresa.

Firewatch es el primer juego lanzado por Campo Santo, y desde su lanzamiento fue duramente criticado, sobre todo en relación a que su precio no era equivalente a las horas de juego que entregaba, pero aun así logró conseguir más de 500 mil copias en su primer mes y muy buenos comentarios de la prensa especializada.

Este juego pertenece al género de exploración (los llamados walking simulator), que nos plantea desde el mismo inicio del juego diversas decisiones que uno cree irán moldeando y cambiando las consecuencias de tu aventura, pero Firewatch nos saca de nuestra zona de confort rápidamente, haciéndonos sentir ajenos al personaje al comienzo, detestando cada decisión que tomamos.

Firewatch nos transporta al Parque Nacional de Yellowstone en 1989, donde se nos da el rol de Henry (voz por Rich Sommer, Mad Men), el nuevo guardabosque que llega escapando de su realidad. Henry está solo en su torre de vigía, y su única comunicación es a través de un walkie-talkie con su supervisora, Delilah (voz por Cissy Jones). A través de caminatas, Henry se ve envuelto en un misterio del cual no puede escapar, y comienza a investigar, con consecuencias catastróficas.

Con la masificación de los juegos de mundo abierto, con personajes muy personalizables, con poco pasado y mucho futuro (Skyrim; Fallout: New Vegas) es raro cuando las decisiones que se nos presentan no nos permiten realmente moldear a nuestro avatar a lo que queremos ser en nuestra cabeza. En Firewatch eso es imposible: Henry es como es, y esto puede tornarse un poco desesperante en un comienzo.

Nuestro personaje es egoísta, inmaduro y a ratos detestable, y no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Es como estar interactuando con una película a la cual le gritamos a la pantalla cada diez minutos, robándonos nuestra capacidad moral natural de querer ser buenas personas, forzándonos a ver cómo nos convertimos en un ser totalmente desagradable y ajeno al normal curso de un videojuego con personajes heroicos.

Como casi todo walking simulator, no esperen grandes escenas de acción ni un juego rápido, debido a que lo que estaremos haciendo durante las horas de juego es principalmente caminar, ya sea a través de rocas, árboles y lagos, con unos gráficos quizás algo simples, pero coloridos y muy atmosféricos, todo esto acompañado de controles muy intuitivos y una gran banda sonora (¡recomendado totalmente jugarlo con audífonos!), haciendo muy fácil sentirse totalmente inmerso y perderse durante largos ratos recorriendo el parque.

Cuando logramos pasar la barrera del descontento con el personaje, podemos sentirnos en conexión con Henry, y nos damos cuenta que el odio que podemos sentir por su forma de ser, él debe sentirla también. No ha tenido una vida fácil, no hemos tenido una vida fácil. Todo lo que te hace odiar el juego es, en el fondo, porque nos hace sentir vulnerables y expuestos. No es que no queramos a Henry, es que demuestra esas partes de nosotros mismos que nos da miedo enfrentar. Es humano, tiene sentimientos y comete errores, como nosotros.

Los controles de Firewatch son un poco confusos de recordar en comienzo, pero se tornan intuitivos luego de unos minutos, siendo simples y consistiendo en básicamente mover a Henry y su visión, además de acciones simples como tomar objetos o abrir una que otra caja. Otra opción es correr, pero recomiendo no hacer uso de esto. Firewatch es un juego que debe disfrutarse a paso calmado, de forma lenta y pausada, casi como si realmente estuviéramos paseando por aquel bosque en los años 80.

La gran crítica fue la duración, unas 3 horas si te centras en la historia solamente, aunque hace poco agregaron un modo extra en el que puedes pasear por el bosque libremente al terminar el juego. Hoy en día existen muchos videojuegos que ofrecen más de 50 horas de juego, ¿pero cuál es el costo? A nadie le gusta el relleno, ni en sus películas, ni en sus series, ni en sus videojuegos, y esto es algo de lo que Firewatch carece totalmente, siendo un juego totalmente honesto. No presenta una gran animación ni los mejores gráficos, soportando todo su atractivo en la historia.

Firewatch nos obliga a estar en los zapatos de un hombre que probablemente comencemos odiando, e incluso nos incentiva a hacerlo pero, una vez superado eso, nos hace enfrentar nuestros propios demonios interiores y miedos, enseñándonos valores de la vida que no cualquier juego puede dar, mientras detrás se esconde una historia muy intensa, con mucho contenido y un terrible misterio que solamente tú puedes resolver.


Firewatch está disponible en Steam, Playstation 4 y Xbox One.

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