[Reseña] «El Ángel»: Cuando el crimen tiene cara angelical

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Ni el propio Koke, el más fachero del grupo, pudo resistirse a los encantos de la Yendelín. Es más, nosotros le dijimos que los rumores decían que se aprovechaba de la gente, que no podía confiar en alguien con nombre artístico, pero a pesar de las advertencias de todas formas se terminó enamorando de ella. Igual se entendía, tenía una cara angelical, era simpática y tenía notas siete. ¿Quién en su sano juicio iba a pensar mal de alguien así?. Hasta que el tiempo nos dio la razón y nos enteramos que utilizaba su “bonita presencia” para robarle y engañar a la gente. Por fuera era una cara bonita, pero por dentro era alguien vil, que sólo se aprovechó del bondadoso corazón de nuestro amigo, algo parecido que sucede en la película “El Ángel”, en donde su protagonista esconde sus más oscuros deseos a través de una carita amigable y delicada.

Sinopsis: Buenos Aires 1971. Carlitos es un joven de 17 años con un andar de película y rulos rubios que caen sobre su cara de niño. Desde chiquito se encariñó con lo ajeno, pero fue en la temprana adolescencia cuando (como si se tratara de una iluminación) descubrió que su vocación era ser ladrón. Cuando conoce en su nuevo colegio a Ramón, inmediatamente se siente atraído por él y decide llamar su atención. Juntos comienzan una historia de descubrimiento, amor y crimen. Matar se vuelve una consecuencia, un eslabón de una cadena irrefrenable hasta que Carlitos es atrapado por la policía. Por su aspecto angelical, la prensa lo apoda «El Ángel de la Muerte». Rápidamente se transforma en una estrella mediática que llama la atención de todos por su belleza. Se le adjudican más de cuarenta robos y once asesinatos. Hoy, con más de 45 años en la cárcel, Carlos Robledo Puch es el preso más antiguo de la historia penal argentina.

No me considero un amante del cine argentino, pero si alguien que lo aprecia como corresponde, tanto su calidad como su identidad. Estamos claros, no todas las producciones trasandinas son obras de arte, de hecho dudo que “El Ángel” lo sea, pero ¿qué país tiene sólo producciones espectaculares?. Es por eso que, cuando me encaminé a ver esta producción, fui con el deseo de sorprenderme y encontrar un sello propio, cosa que, por lo menos para mí, consigue transmitir de una forma clara y sencilla.

Pero vamos por parte, ya que, a pesar de que sea una historia basada en hechos reales, creo que es importante tener en claro el uso de la ficción para narrar la historia de Carlos (Lorenzo Ferro) y de su entorno. Se hace notorio el hecho que Luis Ortega, el encargado de dirigir esta película, intentó contar las vivencias de su protagonista de una forma más íntima y personal, no centrándose detalladamente en los crímenes que pudo o no haber realizado realmente. Lo que lo hace ser mucho más divertida y liviana de ver, indicando de partida que esta película no se trata de un género policial o de detectives.

Las actuaciones en esta película son algo que sí o sí hay que rescatar. Su elenco formado por varios actores de renombre en argentina, tales como: Mercedes Morán (Neruda), Daniel Fanego (Todos tenemos un plan), Chino Darín (Historia de un clan), e incluso un conocido por el medio local Luis Gnecco, hacen de esta producción algo mucho más valorado. Cabe resaltar la actuación misma de Lorenzo Ferro (Carlos Robledo), quien realmente se lleva un gran reconocimiento al mostrarnos a un joven el cual cree que nació para ser un ladrón y asesino, como si fuera algo normal y cotidiano. Punto a favor también para la banda sonora y como se integra en cada escena de una forma bastante sutil y natural.

Si bien, me entretuve viendo esta producción, siento que a ratos se me hizo un poco larga, siendo que su duración es bastante razonable. Pero me pasaba que creía que iba a terminar, o iba en vías de, pero que luego me mostraban más y más cosas que sinceramente no sé sí eran necesarias de que me las contaran. La película parte con un ritmo bastante bueno, pero que de apoco se va apagando, hasta que vuelve a afirmarse en los minutos finales. Salvo por esos pequeños detalles, la cinta parece una buena producción, con sello propio y una historia que vale la pena presenciar.

Si le gusta ver un cine más cercano a lo independiente, con buenas actuaciones y una historia entretenida, entonces le recomiendo ir a verla a ojos cerrados. Pero si quiere disfrutar algo más cercano a misterios, investigaciones, o que incluso le moleste que Luis Gnecco hable con acento argentino, le digo ahora que esta película no es para usted. De igual manera, “El Ángel”, es una de esos films que dará que hablar, para bien o para mal, y que por lo menos se agradece de que sea diferente y con un sello propio.

“El Ángel” se estrena en cines chilenos el 30 de agosto de 2018

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