[Reseña] «¡Madre!»: Hipnótica y angustiante

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Tres años han pasado desde «Noé», la penúltima película del director Darren Aronofsky, quien ha consolidado su carrera con grandes y polémicos títulos como: «El Cisne Negro» y «Réquiem por un sueño». En esta ocasión regresa con «¡Madre!», una cinta que ha dado bastante que hablar debido a su arriesgada propuesta.

Sinopsis: Este thriller psicológico se centra en la relación de un poeta (Javier Bardem) y su esposa (Jennifer Lawrence). Ambos disfrutan de la compañía del otro en una aislada casa, que les proporciona la tranquilidad  y espacio necesario. Sin embargo, su relación y la paz del hogar se verá enfrentada cuando reciben la visita de un extraño (Ed Harris) y su mujer (Michelle Pfeiffer). Desde aquel momento nada será lo mismo, una serie de eventos llegará a perturbar su armonía y serenidad. 

Tras su estreno en el Festival de Venecia y posterior exhibición en el Festival de Toronto, no ha quedado exenta de comentarios por parte de la crítica especializada. Algunos destacan el trabajo de Aronofsky, mientras que otros manifiestan que la película no cumple las expectativas. 

Tal como han declarado los realizadores, es una cinta que toma riesgos y se atreve con una propuesta distinta. «¡Madre!», es uno de aquellos filmes a los que hay que darle tiempo y paciencia para comprender el relato completo.

Durante la primera hora suceden una serie de hechos que se desconoce hacia dónde van dirigidos, e incluso el relato parece confuso. No obstante, cada uno de ellos cumple una función primordial en la historia, que nos hará sentido al final. Es por esto, que el film requiere de toda nuestra atención y concentración, desde el inicio hasta el término.

Si bien, a ratos la historia puede parecer un poco excesiva en su contenido y un bombardeo de imágenes, esto permite que el espectador se involucre en la historia. Es decir, el film produce una serie de sensaciones, que traspasa lo visual, los sucesos que ocurren producen angustia y ganas de querer participar en la película.

Todo lo anterior va de la mano de la fotografía y musicalización, que potencian estas sensaciones. La primero de ellas, juega bastante con la visión en primera persona, sobre todo desde el punto de vista de la «Madre», mientras que el resto de las escenas pone su foco en encuadres que ayudan en esta tensión y confusión. Por otra parte, la música siempre forma parte fundamental de las producciones, y en este film no es la excepción. Los sonidos y melodías colaboran en la inquietud que producen los sucesos. 

Un último aspecto a destacar, pero no menos importante, es la actuación de Jennifer Lawrence, quien tras grabar la película declaró que, hasta el momento era el papel más difícil que le había tocado interpretar. Sin duda fue un desafío, al tratarse de una cinta oscura con tintes de horror, y a la vez un personaje muy distinto a lo que ha realizado, como Katniss en «Los Juegos del hambre» o Rosalyn en «Escándalo Americano». Lawrence logra demostrar que talento tiene de sobra y es capaz de encarnar distintos papeles. 

Sin importar lo que diga la crítica, considero que hay que darle una oportunidad a «¡Madre!», ya que más que ser una cinta del montón, es una experiencia sensorial, que como pocas logra que el espectador se involucre con sus personajes y particular historia.

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