[Reseña] «Proyecto Géminis»: Tecnología vs. narrativa

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Ang Lee es probablemente uno de los mejores directores a nivel audiovisual que siguen trabajando hoy en día. Sus películas le han conseguido más de 100 nominaciones en distintos premios y categorías, al punto de inclusive ganar el Óscar por Mejor Película Extranjera («El Tigre y el Dragón») y como Mejor Director en dos ocasiones («Secreto en la Montaña»; «Una Aventura Extraordinaria»), siendo la última ocasión el punto en que el cineasta comenzó con una racha de experimentación, intentando expandir los límites de lo posible en lo que respecta a efectos especiales y resolución de imagen.

Es en este contexto que trae a la pantalla grande la película «Proyecto Géminis» («Gemini Man»), la cual finalmente vio la luz del día después de años de incertidumbre en Hollywood. ¿Logra cumplir las expectativas?

Sinopsis:«Proyecto Géminis» es un innovador thriller de acción protagonizado por Will Smith como Henry Brogan, un asesino de élite, quien tras retirarse del negocio es repentinamente atacado y perseguido por un misterioso joven operario que aparentemente puede predecir cada uno de sus movimientos.

«Proyecto Géminis» es una película que trae una historia muy interesante en lo que concierne a su desarrollo en Hollywood, ya que la idea de la cinta fue concebida originalmente en 1997 y por casi 20 años pasó por las manos (en papel al menos) de distintos directores (Tony Scott, Curtis Hanson y Joe Carnahan, por nombrar algunos) y de diversos actores para el rol principal (Harrison Ford, Mel Gibson, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Clint Eastwood, e incluso Sean Connery fueron considerados), pero siempre se estimó que la tecnología para desarrollar la cinta aún no estaba perfeccionada.

Esto cambió una vez que Ang Lee firmó en 2017 para dirigir la película y puso como estrella principal a nadie menos que el popular Will Smith («Hombres de Negro»; «Escuadrón Suicida»), prometiendo una experiencia visual de acción como ninguna otra.

«Proyecto Géminis» tiene una apuesta visual que en Chile no tiene precedentes, ya que es la primera película filmada con una tasa de fotogramas extra alta de 120 fps (las películas tradicionales las vemos en 24 fps y la mayor innovación que se ha visto en el país en ese aspecto fue en 2012 con la primera parte de «El Hobbit» de Peter Jackson, que fue filmada con 48 fps) y modificada para 3D para ser exhibida en salas de cine en el país.

Digo que es «en Chile» porque el director ya había experimentado con esta tecnología en su película anterior, «Billy Lynn» («Billy Lynn’s Long Halftime Walk»), pero esta nunca llegó a nuestros cines. Por otro lado, al ser la primera experimentación de Ang Lee con un rodaje de 120 fps y tecnología 3D, tuvo varios detalles que perfeccionar, los cuales logró dominar sumamente bien en esta nueva película.

De hecho, sin duda alguna el mayor valor que resalta la totalidad de «Proyecto Géminis» es que es una película que cumple de sobremanera en cuanto a su promesa visual en lo que concierne efectos especiales, ya que los 120 fps y la nitidez del 3D+ (que es básicamente 3D en resolución 4K) dan una sensación de fluidez e hiperrealismo que mantienen la adrenalina bastante pareja a lo largo de toda la cinta, especialmente cuando hay uso de efectos prácticos para las persecuciones con disparos, explosiones y coreografías de acción mano a mano y vehículares (la secuencia en Colombia es probablemente de lo mejor de la cinta).

Si a esto le sumamos uno de los mejores trabajos de rejuvenecimiento digital que se han visto en la historia del cine, la verdad es que «Proyecto Géminis» destaca como una de las grandes proezas audiovisuales del año, y por consiguiente, vale la pena cada peso extra que se ha de pagar por sobre una entrada de cine tradicional para poder verla como se pretende que sea vista (lamentablemente no está en 3D+ y 120 fps en salas Imax, por lo que la recomendación va para verla en 3D en las salas XD de Cinemark).

Lamentablemente, a pesar de toda la pompa y circunstancia que ya he construido para la película, la verdad es que más allá de una buena experiencia visual, esta no tiene mucho más que ofrecer, lo que se debe a que resulta muy notorio que la historia vio su génesis hace más de 20 años, porque se siente sumamente noventera.

Con esto me refiero a que no hay una narrativa muy profunda en cuanto a cómo la historia fluye y cómo sus personajes evolucionan, sino que, en la misma vena de la mayoría de los blockbusters de acción de los años 90′, el enfoque está ir de punto A a punto B y luego a punto C, con un montón de secuencias de acción entre medio y donde la mayor sustancia se encuentra en cómo la película está filmada.

Si bien hay una muy buena dinámica entre Will Smith, Mary Elizabeth Winstead y Benedict Wong, la verdad es que no hay nada que distinga a este grupo de camaradas perseguidos de cualquier otro grupo similar de las infinitas cintas de acción que existen. Will Smith tiene la labor doble de interpretar no tan sólo a uno de los mejores asesinos del mundo, sino que también debe interpretarse a sí mismo de joven, más impulsivo e ingenuo, lo cual logra con su innegable carisma. El problema está en que, teniendo dos personajes que por la naturaleza de sus respectivas situaciones deberían tener un conflicto interno enorme, el guión no hace nada con ello y simplifica todo, por lo que el material es básico.

«Proyecto Géminis» no es la gran película de acción que pudo haber sido, pero sí es una que justifica su paso por la pantalla grande. De hecho, es la novedosa visión de Ang Lee la que hace que valga la pena, ya que eleva material que de por sí se siente anticuado, y le da la mejor capa de pintura que uno podría pedir (y que uno podría pedir de los efectos especiales). Si bien no aporta nada nuevo en cuanto a contenido, sí ofrece una experiencia sumamente entretenida de ver, con el valor agregado de que invita a los espectadores a jugárselas por darle una nueva oportunidad al 3D en el cine y darles algo bien merecido por el precio de entrada que pagaron. Si no ven la película como se pretende que la vean, entonces pierden la gran razón por la cual merece ser vista.

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