[Reseña] «Rampage: Devastación»: «La Roca» contra la maldición de las películas de videojuegos

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Películas de videojuegos, una forma de expresión artística que ha tenido una larga historia de altos y bajos. Desde ese primer momento donde Mario pasó a la pantalla grande en 1992 y llenó nuestros inocentes corazones de confusión y decepción, Hollywood, no se ha dado por vencido en busca de esos millones, y de la devoción que han generan los videojuegos en cientos de personas a través de las generaciones. 

Sinopsis: El primatólogo Davis Okoye (Johnson) es un hombre distanciado de la gente que comparte un vínculo inquebrantable con George, un gorila de lomo plateado extraordinariamente inteligente que ha estado a su cargo desde que nació. Un experimento genético clandestino que sale mal convierte a este gentil simio en una furiosa creatura de dimensiones colosales. Para empeorar la situación, se descubre que hay más animales alterados. Estos depredadores alfa recién creados destruyen todo lo que encuentran a su paso por Norteamérica, por lo que Okoye se une a un ingeniero genético desacreditado para crear un antídoto. Su pelea se desarrolla en un campo de batalla en constante cambio y no solamente es para evitar una catástrofe mundial, sino también para salvar a George, la ahora temida creatura que alguna vez fue su amigo.

«Rampage: Devastación», está basada en la serie de videojuegos clásicos que comenzó en 1986. A diferencia de otras películas del mismo género como Assassin’s Creed o Tomb Rider, Rampage, no es una serie que sea particularmente popular entre los jóvenes, ya que, fuera del primer juego ninguna de sus secuelas ha tenido gran éxito o impacto en la cultura popular.

De esta manera, su director, Brad Peyton, se las ingenió para lograr el éxito y la fórmula la encontró en Dwayne “The Rock” Johnson. «La Roca», vuelve a colaborar con el director de «Terremoto: La falla de San Andrés» y «Viaje 2: La isla misteriosa».

La cinta está protagonizada por el anteriormente mencionado Jonhson, quien hace lo que mejor sabe hacer, ser carismático e inmortal. Además, se encuentra: Naomie Harris (Moonlight), Malin Akerman (Watchmen), Jake Lacy (Carol) y Jeffrey Dean Morgan (The Walking Dead), siendo este último quien se roba todas las escenas en las que aparece. El único problema con lo que respecta a las actuaciones pueden ser Lacy y Akerman, quienes encarnan personajes sumamente malos, al punto de ser caricaturescos y absolutamente unidimensionales.

En primer lugar, hay que valorar esta película por lo que es, un filme de acción de gran escala, con momentos geniales de comedia y que no se toma a si misma muy en serio. La producción en esencia trata sobre el lazo de dos amigos, la bondad humana supera su propia maldad y no se complica para expresar tal idea. Es aquí donde Brad Peyton saca sus fortalezas a relucir, ya que al igual que en «Terremoto: La Falla de San Andrés», es capaz de contar la historia del poder de la conexión entre los protagonistas en medio del caos y la destrucción.

Por otra parte, el diseño se lleva una mención especial, pues las criaturas adaptadas de los juegos y los efectos especiales ocupados para darles vida están muy bien logrados. Especialmente en el caso de George, quien logra transmitir muchas más emociones de las que un gorila albino gigante debería transmitir.

Pero, lo que fue totalmente inesperado de «Rampage: Devastación», fue el notable uso del humor negro para dar momentos de levedad en medio del caos, incluyendo una muerte (no diré de quien) que podría haber ganado el concurso de La Muerte de la Semana en «Zombieland». En este sentido, la manera en que el filme está escrito es la clave para convertirse en una de las adaptaciones más exitosas de videojuegos que he visto.

La historia de la película no ganará un Oscar, pero si tiene mucho mérito. Pues, logra explicar de manera satisfactoria: el motivo por el que estas criaturas atacan una ciudad y su origen, la razón por la que pelean entre sí y la importancia que tiene el protagonista humano en medio de tanta locura.

La cinta en ningún momento pretende ser un ensayo sobre los riesgos de la ciencia o una metáfora a la ambición del hombre, pero, logra ser altamente entretenida, con un tercer acto lleno de acción a gran escala. Contiene muchos momentos de humor y actuaciones solidas en su mayoría, además nos da la oportunidad de ver una ciudad que no es Nueva York siendo destruida.

«Rampage: Devastación» ya se encuentra en las principales salas del país. 

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