[Reseña]»12 Horas Para Sobrevivir: El Inicio»: Una génesis relevante

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La saga de «12 Horas Para Sobrevivir» («The Purge») es un caso bastante extraño dentro del mundo del cine, al ser una propiedad que cuenta con un concepto brillante que no ha logrado ejecutarlo a la perfección, pero que con cada nueva película aprende de los errores de sus antecesoras y logra reparar una que otra cosa para lograr una experiencia más completa. El cambio más drástico se notó con el salto que se dio de la primera película, «La Noche de la Expiación» («The Purge»), a la segunda, «12 Horas Para Sobrevivir» («The Purge: Anarchy»), dando más profundidad y detalles de la sociedad distópica donde la purga transcurre, en vez de enfocarnos en una sola familia. La tercera parte, «12 Horas Para Sobrevivir: El Año de la Elección» («The Purge: Election Year»), si bien quiso innovar al abordar el área política de este mundo, no se distinguió mucho de la entrega anterior, ya que seguía sin profundizar en probablemente una de las interrogantes más grandes de este mundo alterno, el contexto bajo el cual la purga fue creada. Es por eso que ahora nos vemos frente a una precuela, «12 Horas Para Sobrevivir: El Inicio» («The First Purge»), donde nos vemos frente a la historia de la primera purga que se llevó a cabo en este mundo. ¿Cumple con las expectativas? Pues sí, por la mayor parte.

Sinopsis: Para mantener durante el resto del año la tasa de criminalidad por debajo del 1% los Nuevos Padres Fundadores de América ponen a prueba una teoría sociológica que da rienda suelta a todo tipo de agresiones durante una noche en una comunidad aislada. Pero cuando la violencia de los opresores se encuentra con la ira de los marginados, el vandalismo explota más allá de esas fronteras “experimentales” para extenderse por todo el país. Detrás de cada tradición hay una revolución. Descubre cómo toda una nación entera abrazó una brutal celebración anual: 12 horas de impunidad criminal. Bienvenidos a un movimiento que comenzó como un simple experimento: LA PRIMERA PURGA

«12 Horas Para Sobrevivir: El Inicio» tiene una clara mezcla de tanto los mejores elementos de las películas anteriores al igual que algunos de los peores elementos de las mismas, pero afortunadamente logra que la balanza se incline más hacia la primera instancia que la segunda, principalmente por 3 factores redentores: personajes, contexto político y manejo de la acción.

Esta cinta sin dudas resulta ser la que tiene una mayor carga política, al ser la primera que se enfoca de frente en ser una sátira negra de muchas de las realidades que se viven en los Estados Unidos de la era Trump. Partiendo por el hecho de que la historia se centra en la primera purga experimental que transcurre en los barrios bajos de Nueva York, por lo que nuestros personajes principales varían entre personas afroamericanas y latinas, que se están viendo oprimidos por un nefasto programa experimental de gobierno, cuyas razones para existir son aún más vinculantes a las políticas pseudo-totalitarias del actual presidente norteamericano (haciendo caso omiso de una línea innecesaria que es claramente una indirecta a uno de los escándalos del mandatario).

Por otro lado, la buena mayoría de los personajes de esta cinta resultan ser bastante bien logrados, cosa que me es inusual en estas películas, ya que nunca empaticé con alguien más que el personaje interpretado por Frank Grillo («Capitán América: El Soldado del Invierno») en las últimas dos entregas, Leo Barnes.

En este caso, tenemos a un fuerte protagonista en Dmitri (interpretado por el debutante Y’Lan Noel), el líder de una red de narcotráfico en Staten Island con una personalidad bastante empática hacia la comunidad en la que vive, marcando un contraste entre cómo la ayuda tanto como la destruye con el producto que vende. Noel no tan solo actúa muy bien, sino que realmente se solidifica como un héroe de acción, ya que su estilo y destreza se llevan de las mejores partes de la película en su totalidad, por lo que espero que la cinta sea una buena catapulta de oportunidades para el actor.

Por otro lado, está la activista Nya, interpretada por Lex Scott Davis («Superfly»), quien es el personaje destinado a ser la brújula moral dentro de todo el caos que transcurre en la historia. Si bien no la persona que más destaca, está bien incorporada ya que no se siente predicadora ni exagerada, sino como una persona decente y coherente con disposición a hacer lo correcto.

Ahora, si hay otro actor que sirve como buen contraparte al personaje de Dmitri, es el drogadicto Skeletor, interpretado por el también debutante, Rotimi Paul. Este hombre desde el momento que aparece en pantalla, da una vibra que aterra y emana peligro, y es sin dudas una de las presencias más tensas de toda la cinta. Un personaje completamente insano y lleno de odio y resentimiento hacia la sociedad, que logra justificar finalmente (en mí opinión) la presencia de un personaje loco y enfermo en cada película, ya que en las anteriores, ninguno me era convincente más que por conveniencias del libreto (los aristócratas de las primeras dos cintas, y la chica afroamericana en la tienda de abarrotes de la tercera).

James DeMonaco, quien ha escrito y dirigido todas las cintas hasta ahora, se vuelve a quedar como guionista pero le deja la silla de director a Gerard McMurray, quien hace un gran trabajo siguiendo la estética lúgubre llena de fuego y neón de las antecesoras (el elemento de los lentes de contacto es sin duda uno de los más efectivos para una atmósfera tétrica). Sin embargo, el mayor logro va para DeMonaco, quien sigue demostrando ser un guionista apto que intenta mejorar constantemente con las películas de su franquicia, y que en este caso, logró hacer la segunda mejor película de la saga (detrás de la segunda), ya que explica cómo llegó a cementarse la tradición de la purga, de una manera más inteligente que asumir que todas las personas son en su interior seres sádicos.

El motivo de esto es que claramente hubo un cambio en dirección, donde la película pone prioridad a la acción por sobre el terror, y deja que este último se manifieste en forma de lo que es el género «survival». Si bien hay de vez en cuando uno que otro jump scare, como hemos visto en las otras cintas, el nivel es algo más acotado en esta ocasión, de manera que la atmósfera resulta más tensa y efectiva, en vez de romper esa tensión con un susto imprevisto y barato.

Sin embargo, la película también tiene sus errores. Por un lado, la cinta sigue siendo en esencia exactamente lo mismo que las dos cintas anteriores, e innova muy poco en la forma de contar la historia, lo cual se balancea positivamente en el hecho de que la duración es bastante corta (hora y media).

Asimismo, uno de los nombres fuertes asociados al film es el de la actriz Marisa Tomei («Spiderman: De Regreso a Casa»), cuyo aporte es casi mínimo y su tiempo en pantalla se suma a lo más en 5 minutos en totalidad.

Más allá de eso, no hay mucho que decir, por lo que «12 Horas Para Sobrevivir: El Inicio» es una película entretenida que funciona gracias a buenos personajes, algo de peso en su mensaje político y un buen manejo de acción y estética, que permiten una experiencia digerible y emocionante en buena medida por 90 minutos. Si bien aún no cambia el paradigma narrativo de la saga, sí se dispone a entretener y mejorar en algunos aspectos importantes que sus antecesoras no lograron ejecutar de la mejor manera, justificando así a una saga que aún puede tener algo nuevo que contarnos. Sin dudas un buen rato en el cine que si bien no será revolucionario, al menos valdrá la pena para pasar la tarde.

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