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Este 22 de abril del 2025 se estrenarán en Disney Plus los primeros tres episodios de la segunda y última temporada de “Andor”, serie de Star Wars que funciona como precuela de “Rogue One: Una Historia de Star Wars” (2016), enfocándose en el Capitán de la Alianza Rebelde Cassian Andor, interpretado por Diego Luna (Narcos: México).
La segunda temporada es protagonizada por Diego Luna (Narcos: México), Stellan Skarsgård (Dune: Part Two), Genevieve O’Reilly (Rogue One), Denise Gough (Colette: Liberación y Deseo), Kyle Soller (de la serie “Poldark”), Adria Arjona (Morbius), Faye Marsay (Lady Chatterley’s Lover), Varada Sethu (Hard Sun), Elizabeth Dulau (Wicked), Alan Tudyk (Resident Alien), con Ben Mendelsohn (The Outsider) y Forest Whitaker (Godfather of Harlem).
La serie fue creada por Tony Gilroy, que también ejerce de productor ejecutivo junto con Kathleen Kennedy, Sanne Wohlenberg, Diego Luna, Luke Hull y John Gilroy. Tony Gilroy escribió los tres primeros episodios, mientras que Beau Willimon escribió los episodios 4-6, Dan Gilroy los episodios 7-9 y Tom Bissell los episodios 10-12. Los directores de la serie son Ariel Kleiman (capítulos 1-6), Janus Metz (capítulos 7-9) y Alonso Ruizpalacios (capítulos 10-12).
Sinopsis: Repleta de intriga política, peligro, tensión y grandes apuestas, la segunda temporada de Andor es una precuela de ROGUE ONE: UNA HISTORIA DE STAR WARS (disponible en Disney+), que presentó a un heroico grupo de rebeldes dispuestos a todo para robar los planos del arma de destrucción masiva del Imperio: La Estrella de la Muerte, preparando el escenario para los acontecimientos de la película original de 1977. Andor retrocede cinco años desde los acontecimientos de ROGUE ONE para contar la historia del héroe de la película, Cassian Andor, y su transformación de ser un desinteresado y cínico donnadie a un héroe rebelde en camino a un destino épico.
Tensión política, un imperio implacable y los cimientos de la rebelión se entrelazan en una segunda temporada cargada de intensidad, que se conecta de forma brillante con los eventos de “Rogue One: Una Historia de Star Wars” (2016). “Andor” es la precuela de la precuela que no sabíamos que necesitábamos… pero que llegó en el momento justo. Una nueva y audaz visión del universo Star Wars, que nos transporta a una etapa de la saga donde la desconfianza reinaba y nadie estaba a salvo, ni siquiera dentro de tu propio equipo.
La segunda temporada de “Andor” mantiene el enfoque que definió su primera entrega: un Star Wars menos comercial, más reflexivo, que se toma su tiempo para explorar una galaxia sumida en la oscuridad del ascenso imperial, mientras la Rebelión comienza a gestarse en las sombras. Se trata de un tono muy distinto al habitual de la saga, con una carga contextual poderosa y gratificante que se desarrolla con madurez a lo largo de sus episodios.
La historia de “Andor” comenzó cinco años antes de los eventos de “Rogue One: Una Historia de Star Wars” (2016). La primera temporada abarcó un solo año; en cambio, esta segunda y última entrega cubre cuatro años, distribuidos en 12 episodios (tres por cada año). Esta estructura narrativa ambiciosa juega un poco en contra: algunas tramas se sienten alargadas para ajustarse al formato, mientras que otras dejan con ganas de más desarrollo.
Aun así, “Andor” es una serie notable, con una dirección precisa, una producción impecable y una fotografía que resalta por su fuerza y estilo. Todo en esta producción está cuidadosamente trabajado. La narrativa mantiene un ritmo pausado y ascendente, donde cada capítulo aporta con intención y coherencia a un propósito claro desde el inicio.
El constante contraste entre el Imperio y la Rebelión se convierte en una oportunidad para explorar mundos y culturas diametralmente opuestos. Una ambición que se agradece, aunque llega con cierta tardanza considerando que esta es la temporada final del show.
Uno de los mayores aciertos de esta temporada es la forma en que humaniza a sus personajes. Lejos de los arquetipos tradicionales, aquí los protagonistas —y también los antagonistas— están llenos de matices. Cassian Andor ya no es solo un espía en formación, sino un hombre en conflicto constante, cuya evolución emocional se convierte en el eje silencioso de la historia. Junto a él, personajes como Mon Mothma, Luthen Rael o Dedra Meero ofrecen interpretaciones complejas, que reflejan con crudeza el costo personal de tomar partido en una guerra que aún no tiene nombre.
La segunda temporada de “Andor” no solo es buena; es necesaria. En un universo donde muchas veces se prioriza el espectáculo por sobre la sustancia, esta serie se atreve a ir a contracorriente, apostando por el desarrollo pausado, la tensión política y los dilemas morales. Es una historia sobre sacrificio, sobre convicciones y sobre cómo la chispa de la Rebelión nació en medio del miedo, la desesperanza y la represión. Una despedida digna, madura y tremendamente efectiva que deja claro que Star Wars todavía tiene mucho que decir… si se le permite hablar con libertad.
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