La resurrección de Brendan Fraser: Parte 1

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Luego de estar en la cima de Hollywood, protagonizando éxitos de taquilla como “La Momia” o “Viaje al centro de la Tierra”, Brendan Fraser desapareció por completo del radar, limitándose a breves apariciones en series de televisión y una que otra película de bajo presupuesto, dejándonos con la gran incógnita: ¿Qué le pasó a Brendan Fraser?

Este famoso actor vivió su gran apogeo a fines del siglo pasado luego de protagonizar varias películas de acción y aventura, siendo catalogado como el nuevo Indiana Jones, sin embargo su camino fue otro, llevándolo a mantenerse al margen del estrellato por años.

Alejado de las cámaras -salvo por un par de apariciones esporádicas en programas para la televisión- Brendan poco a poco comienza recobrar el ritmo de la fama, preparando su gran regreso a Hollywood.

Después de ser uno de los rostros más solicitados por Hollywood durante la década de los 90´, Brendan pasó ser un jugador fijo en banca. Luego del estreno de “La Momia: La Tumba del Emperador Dragón” y la película infantil “Corazón de Tinta” en el 2008, la carrera de Brendan comenzó a decaer.

Se habló acerca de un estancamiento en su carrera, el rechazo de la industria por su edad, e incluso de lo mal que estaba tras divorciarse de su esposa durante el 2009. Sin embargo, en abril de este año, Fraser concedió una entrevista -que fue publicada en GQ España-, donde se refiere a los verdaderos motivos de su alejamiento.

Tras su participación en el remake de la comedia “Al Diablo con el Diablo” (2000), y en la secuela de “La Momia” (2001), las cifras de recaudación en sus películas comenzó a decaer. El 2003 se le sumó la comedia infantil “Looney Tunes: Back in Action”, donde no recibió muy buenas críticas al respecto.

Este es el punto donde la fama de Fraser se va en picada. Pese a participar de la ganadora a mejor película del 2004; “Crash: Vidas Cruzadas”, -donde compartió escenas junto a Sandra Bullock-, sus apariciones en la gran pantalla fueron casi nulas, sobreviviendo con un par de participaciones en televisión.

A este hecho se le sumó la condición de su hijo Griffin, quien tiene una afección que se encuadra dentro del espectro autista, lo que lo llevó a desligarse de Hollywood para dedicarle más tiempo a su hijo, además de una condición física que forzó al actor a entrar a pabellón de manera constante.

Sus películas comenzaron a pasarle la cuenta a nivel físico; siendo una persona corpulenta, rodando sus propias escenas de riesgo sin ayuda de dobles, el actor comenzó a fatigar su cuerpo. Algo que lo llevó a lesionarse de manera crónica, situación que estalló luego de rodar en 2008 la tercera entrega de la saga de “La Momia”.

Tras una laminectomía – cirugía para extirpar la lámina; parte del hueso que constituye una vértebra en la columna- la que no salió bien, debió someterse nuevamente al procedimiento. También precisó de una cirugía en su rodilla para reemplazar parte de ella, incluyendo otras operaciones en su columna y una reparación a sus cuerdas vocales, pasando cerca de siete años entrando y saliendo de pabellón.

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