[Reseña] “El club de la pelea”: Rompiendo la primera regla

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El mundo es aburrido, la vida es una línea recta que te obliga a seguir ciegamente, hasta que súbitamente ésta termina antes que tengas tiempo para arrepentirte de tu miserable existencia y luego todo es oscuridad. “El Club de la Pelea”, será tu dosis perfecta de realidad y locura para escapar de la normalidad. 

Sinopsis: Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es para los débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de peleas clandestinas para poder descargar sus frustraciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador.

Dirigida por el grandioso David Fincher y protagonizada por Edward Norton, Brad Pitt y Helena Bonham Carter, la película se estrenó en 1999 basándose en el libro homónimo de Chuck Palahniuk, el cual tiene su propia secuela.

Nuestro protagonista sufre de insomnio, y descubre en las terapias de grupo el somnífero perfecto: llorar. Cuando nota que Marla Singer hace lo mismo que él, se ve comienza a sentir invadido y su insomnio vuelve. Como si fuese poco, Tyler Durden aparece en la vida del protagonista, haciendo que todo su aburrido y perfectamente estructurado mundo literalmente explote en pedazos.

[ALERTA DE SPOILER] 

A lo largo de la película hay pequeñas señales que juegan con lo obvio y absurdo acerca del verdadero origen de Tyler, destellos casi imperceptibles para los distraídos pero notorios de su presencia. Tal como las “quemaduras de cigarro” de las películas, lo que en todo momento nos invita a cuestionarnos si lo que vemos es real o no.

La estructuración mediante las reglas en una “sociedad secreta” que va en contra de las reglas es un toque interesante, debido a que constantemente incitan a romper la primera regla del club de la pelea: no hablar del club de la pelea. Debido a esto, se suman cada vez más adeptos, entrenándolos con un protocolo de quebrantamiento de voluntad e identidad por parte de Tyler.

Marla es víctima y testigo de los trastornos de este intrigante personaje, que es tanto el protagonista como el antagonista de su propia historia, saboteando sus propios intentos de ser feliz y de normalizar su vida, llegando al extremo de la manipulación de masas y, por qué no, el terrorismo.

Estamos ante la perfecta combinación de géneros cinematográficos, un drama de acción psicológica que nos atrapa con su trama casi conspiracional, criticando a una sociedad que lo único que busca es el perfeccionismo.

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