[Reseña] «Un Golpe con Estilo»: No hay edad para cumplir los sueños

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¿Recuerdan la serie «Scrubs», y principalmente, a su protagonista? Pues bien, Zach Braff, ahora dedicado a la dirección de películas como “Ojalá estuviera aquí” y “Algo en común”, llega a salas nacionales con esta agradable y ligera comedia-remake de «Going in Style», dirigida por Martin Brest en 1979.

La película nos cuenta la historia de tres inseparables amigos jubilados; Willie (Morgan Freeman), Joe (Michael Caine) y Al (Alan Arkin) a quienes el sistema les ha congelado su plan de pensiones. Desesperados porque no pueden pagar las cuentas, están decididos a recuperar su dinero. Los tres ancianos deciden entonces arriesgarlo todo y embarcarse en un temerario plan que consiste en atracar al mismísimo banco que se quedó con su dinero.

«Un Golpe con Estilo» es de aquellas cintas que te muestran una realidad que muchos de nosotros vivimos día a día, me refiero a la de estar a la deriva de manera constante, casi atrapado entre numerosas y fastidiosas cuentas solo con la consigna del “ya vendrán tiempos mejores”.

A través de un guión bien hecho, ajustado a la realidad de nuestros protagonistas y actores, y con pinceladas de comedia negra, consigue difundir un tema complicado y muchas veces peliagudo en una historia entretenida, ligera y perfecta para pasar una agradable tarde.

La película dirigida por Zach Braff en sus 96 minutos busca trasmitir su mensaje de manera sencilla, sin aventurarse en grandes líos y enormes exhibiciones de luces o de dirección. Y ¿Saben qué? Lo logra perfectamente con tres historias cercanas, humanas y que se mimetizan con lo que cada uno de nosotros vemos en el diario vivir, consiguiendo enganchar al público de manera rápida y sin obstáculos.

Por otro lado, el reparto es de lujo. Con las grandes actuaciones del trío “Freeman – Caine – Arkin” la película obtiene la categoría que tan solo ellos pueden otorgarle a una historia provista de tantos elementos en juego, consiguiendo un hilo narrativo divertido y sin muchas especulaciones.

No puedo dejar fuera de este listado al grande de Christopher Lloyd (o Doc Emmett Brown, para los amigos), quien en su papel de un anciano con claros signos de Alzheimer entra en el corazón del espectador con su actuación, sacando más de una carcajada fácil y que, por supuesto, no pasa desapercibida. Entretenida y cercana, perfecta para pasar una tarde en familia y compartir más de una risa.

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