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Navidad es una época de celebración, donde toda la familia se reúne a festejar… ¿Qué cosa? Esa es la gran pregunta que plantea KRAMPUS, poniendo en tela de juicio el espíritu navideño de una familia.
Krampus llega a teñir esta “blanca navidad” de rojo intenso… Al menos, donde nieva en estas fechas. No solo viene a refrescar la cartelera, también “saca la cara” por el género, con una película de terror de la vieja escuela que de seguro te hará saltar del asiento como a mí.
Sinopsis: Krampus, un oscuro cuento sobre las necróticas fiestas de Yule, revela un lado irreverente y retorcido de la temporada navideña. Cuando una familia disfuncional pelea en plenas vacaciones, el joven Max (Emjay Anthony) se desilusiona y le da la espalda a la Navidad. Lo que no sabe, es que esta falta de espíritu festivo ha desatado la ira de Krampus: una fuerza demoníaca que tiene como intención castigar a todos los no creyentes.
Con una mordaz crítica al consumismo de estas fechas, Krampus nos da una lección un tanto sádica, acerca de lo que significa el verdadero espíritu navideño, convirtiéndose en una especie de “héroe de la navidad”. Pero de la verdadera navidad, donde el principal regalo era poder compartir en familia de una agradable cena antes de abrir los regalos.
Porque aceptémoslo, ahora la navidad es sinónimo de consumismo, centros comerciales llenos; gente estresada y malhumorada tratando de complacer los deseos materiales de su familia.
Pueden decirme Grinch, pero no me gusta celebrar navidad, porque el sentido que tenía cuando yo era pequeño murió a manos del regalo perfecto; el más caro, el más grande, o la mayor cantidad de ellos.
Krampus es el fiel reflejo de la navidad actual. Así que si buscan terror (del bueno), y un pequeño momento de reflexión en torno al verdadero sentido de estas fechas, vayan a verla. Porque Krampus es terror de la vieja escuela con todo el espíritu navideño.
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