[Reseña] «La Cabaña»: Errar es humano, perdonar es divino

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Cuando tenía unos 8 años, 9 quizás, nos encontrábamos de vacaciones como familia en La Serena. Era un día normal, y me hallaba haciendo castillos de arena en la playa junto a mi hermana menor. Después de pasar un rato, a ella se le ocurrió ir a bañarse, quedándome solo en la construcción de mi gran fortaleza medieval. Resumen: niña pequeña perdida en la playa. Mis padres fueron rápidamente a los salvavidas del área, quienes se comunicaron con los que vigilaban a metros más allá. Ahí nos dimos cuenta que la menor de la familia había llegado hasta el otro sector del playa. Me sentí súper mal, uno, porque se suponía que yo debería haberla cuidado y en vez de eso decidí no acompañarla, y dos, porque no sabía qué harían mis papás con tanta ropa de ella si se hubiese llegado a perder ¿Por qué estoy contando esto? Bueno, porque lo mismo le pasó al protagonista de esta película: se le pierde su hija, y me sentí identificado en su angustia, pena y desesperación. Además necesitaba contarle a alguien algo que llevaba guardado adentro hace mucho tiempo, y que lamentablemente no se lo pude contar a mi psicólogo en su tiempo porque justo se terminaron las sesiones.

Este jueves llegó a cartelera de cines «La Cabaña«, cinta protagonizada por Sam Worthington (Avatar), Radha Mitchell (Hombre en Llamas) y la ganadora del Oscar, Octavia Spencer (Historias Cruzadas). Dirigida por Stuart Hazeldine. ¿Quiere saber cómo es? Siga leyendo…

Sinopsis: Hace cuatro años la hija menor de Mackenzie Allen Phillips, Missy, fue secuestrada durante unas vacaciones familiares. Todas las pruebas llevaron a los policías a pensar que fue asesinada salvajemente en una cabaña abandonada en los bosques de Oregon.

Mack sigue arrastrando una gran tristeza en la actualidad, pero todo cambia cuando recibe una carta firmada por Dios en la que se le invita a ir de nuevo a la cabaña durante un fin de semana. A pesar de los muchos recuerdos que aparecen en su mente, Mack acaba frente a la puerta de esa choza en una tarde de invierno, volviendo a revivir su más oscura pesadilla. Sin embargo, lo que encuentra allí cambiará su vida para siempre.

Cuando fui a ver esta película, no tenía ni la más remota idea de qué se trataba. Pensé: «es otra película de terror«, ya que, estamos tan acostumbrados a presenciar ese tipo de producciones con nombres de ese estilo, que imaginé sería una más del montón. Pero me llevé una sorpresa, que por cierto fue bastante agradable.

Uno se encuentra con la historia de un padre que, con pena y remordimiento, luego de perder a un ser querido, quiere justicia por lo que le ha sucedido a él y a su familia; incluyendo el cuestionamiento de lo que alguna vez fue su motor de fe: la creencia de un Dios amoroso y misericordioso. A todo eso se le agrega una pregunta clave: «¿Por qué a mí?» Y es ahí donde la película, de una forma inteligente, intenta dar una respuesta a esa disyuntiva.

La película tiene un bonito mensaje, un buen reparto y una historia entretenida. Yo recomendaría ir a verla si en verdad les agradan las películas con temáticas religiosa, en especial con referencias al cristianismo. No aborda el fanatismo religioso, para nada, pero si no les interesan cosas que aborden ese tipo de áreas, les aconsejaría que la piensen dos veces antes de ir a verla, porque habla y se centra en eso.

En lo personal, la pasé bien y me hizo reflexionar bastante, mal que mal, creo que ese era su objetivo rincipal: hacernos pensar. Pero me interesa saber qué tal sus apreciaciones, por lo que dejo el debate abierto, recordándoles que la verdad absoluta no la tiene nadie. Siéntanse libres de comentar y poder tener una bonita y constructiva conversación con respecto a este filme.

Vayan al cine, disfruten de él, y por favor no conversen ni revisen el celular cuando esté ya la película proyectándose. Es un consejo de mí hacía Uds.

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