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Esta semana Universal Pictures nos presenta “Llaman a la Puerta” (Knock at the Cabin), la nueva película del director M. Night Shyamalan, cineasta detrás de filmes como “El Sexto Sentido” (1999), “El Protegido” (2000), “Señales” (2002),“Los Huéspedes” (2015), “Fragmentado” (2016), “Glass” (2019) y “Viejos” (2021).
Sinopsis: Mientras vacacionan en una cabaña remota, una pequeña niña y sus padres son tomados como rehenes por cuatro extraños armados, quienes exigen que la familia tome una decisión impensable para evitar el apocalipsis. Con acceso limitado al mundo exterior, la familia deberá decidir en qué creen antes de que todo se pierda.
Si bien Shyamalan es un fructífero director, es siempre una apuesta enfrentarnos a alguno de sus largometrajes. «Llaman a la puerta» es una propuesta interesante de película apocalíptica en donde vemos cómo las vacaciones de una pequeña familia son interrumpidas por un temeroso grupo de convencidos de que el fin del mundo es inminente y solo ellos pueden detenerlo. El guion está basado en un libro de Paul Tremblay, titulado «La cabaña al fin del mundo».
Pero la verdad es que personalmente hizo poco por mí para que conectara con los personajes y su historia, y por ende pudiese creerles y empatizar con ellos lo suficiente para entrar en la dinámica que plantea esta cinta. El argumento de base es interesante y lo suficientemente refrescante en cuanto al tópico central de la cinta como para mantenernos atentos y expectantes, pero no se esfuerza lo suficiente en sostener esa emoción y hacernos seguir hablando de ella una vez que salimos de la sala.
El problema que me genera es que demanda de nosotros que nos sentemos y creamos, tras unos pocos y débiles argumentos, casi ciegamente las razones que tienen todos los personajes para hacer lo que hacen. Esto pese a que se nos presentan situaciones bastante inverosímiles, como que la niña es casi tan responsable como los adultos de salvarse de dicha situación o que uno de los padres resulta ser un férreo creyente de las profecías religiosas sólo porque en una escena vimos su «impulso» por rezar al estar frente a una «imagen católica», obviando por supuesto la premisa central de la cinta de si somos capaces de renunciar a nuestros seres amados con tal de salvar el mundo.
Todo esto se convierte en un conflicto porque el sacrificio que plantea la película está basado plenamente en el profundo y sincero amor que esta familia se tiene, por el que han tenido que luchar y que finalmente se encuentra en un lugar estable, por lo que sinceramente me parece muy difícil de entregar tan rápida y fácilmente.
Todo esto luego se diluye al tratar de convencernos de lo terrible que es la humanidad de por sí, y que por esto no puede haber otra salida que el caos y la destrucción, a menos que alguien (cuya única trascendencia es lograr una vida feliz) se sacrifique. Para quien es llamado el maestro del suspenso, nos deja esperando un peak o giro que nunca llega, si no termina mas bien con un cierre frío y poco creíble, pero únicamente a causa de la poca conexión que establecemos con cualquiera de los personajes, muchos de los que no llegamos a sentir como una pérdida.
“Llaman a la Puerta” llega a salas nacionales gracias a Andes Films Chile.
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