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«Pobres criaturas» es una re imaginación moderna de Frankenstein basada en el libro homónimo de Alasdair Gray, en la que, de la mano de la ciencia ficción y una estética steam punk, nos adentramos en la de lucha, el camino de descubrimiento e independencia de una mujer muy particular, con la visión única del director Yorgos Lanthimos.
Sinopsis: Del realizador Yorgos Lanthimos y la productora Emma Stone, llega la historia increíble y evolución fantástica de Bella Baxter (Stone), una joven a la que el brillante y poco ortodoxo científico Dr. Godwin Baxter (Willem Dafoe) le devuelve la vida. Bajo la protección de Baxter, Bella está ansiosa por aprender. Deseosa de la experiencia que le falta, Bella huye con Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), un abogado astuto y libertino, en una aventura vertiginosa a través de los continentes. Libre de los prejuicios de su época, Bella crece firme en su propósito de defender la igualdad y la liberación.
Creo que es justo comenzar diciendo (con mucha tristeza) que «Pobres criaturas» evidentemente no es una película para todos, y eso lo sabemos desde que leemos el nombre del director. Lanthimos se caracteriza por crear películas atrevidas, bizarras y alejadas del patrón común de creación, llevándonos a explorar de maneras, a veces un poco incómodas, las emociones y vivencias de la humanidad. En Pobres criaturas veremos una premisa extraña, pero con la que rápidamente nos comprometemos; con una estética fantasiosa y futurista, una protagonista peculiar con la que no podemos más que encariñarnos y sentir empatía gracias a la increíble interpretación de Emma Stone, una abundante (y esta vez necesaria) cantidad de escenas de sexo y diálogos de comedia negra, nos enfrentamos a un proyecto riesgoso que logró todos sus objetivos. Es así como no puedo más que incitar fervientemente a que abran su corazón y su mente y le den una oportunidad a esta cinta, cuya estructura, guión y fondo merecen toda la atención del mundo.
El guión nos conduce a través de la historia de Bella, una mujer que ha llegado a las manos del Dr. Godwin Baxter en oscuras circunstancias, y que regresa a la vida con la mentalidad de un bebé pero el cuerpo de una mujer. Así, mientras avanza la narración, podemos ser testigos del desarrollo tanto de su inteligencia como de su personalidad, tal como lo haría una persona a lo largo de toda su vida, pero de forma brutal y acelerada. Su corporalidad adulta la expone a múltiples situaciones que despiertan infinita curiosidad en ella, razón por la que decide emprender un viaje en donde pueda aventurarse a averiguar de qué se trata realmente la vida y el mundo fuera de su protegido entorno doméstico.
Bella es un bebé, y ve el mundo como tal. Debe aprender a interpretarlo y a desenvolverse de manera adecuada, pero con las expectativas que cualquiera pone en una mujer adulta. Esto implica que ella está libre de prejuicios, desconoce las normas sociales y poco se preocupa de lo que se espera de ella, pues su interés está netamente centrado en sus deseos personales, sin embargo ella no es un ser autorreferente o egoísta, si no que simplemente es alguien que carece de la visión hostil y prejuiciosa de un mundo al que recién se enfrenta. Esto le da la libertad de explorar y decidir, pero también de descubrir e interpretar la vida de otra forma, poco a poco encantándose con los placeres simples, libidinosos y , a medida que se desarrolla, también intelectuales que la sociedad tiene para ofrecer. La historia se trata de la resiliencia, la humanidad en su más profundo sentido, el deseo de la independencia, el valor de la libertad y dentro de esto la valía de la sexualidad y la autonomía femenina como un derecho pleno de cualquier mujer, que ojalá pudiese descubrir como Bella, libre de prejuicios, empoderada y llena de capacidad de decisión.
Esta historia es un desafío que Emma Stone conquista con bombos y platillos, regalándonos una interpretación increíble de este personaje a lo largo de toda la cinta, en sus diversas etapas. En su «infancia» la vemos tal como una niña, con dificultades para hablar y movilizarse, con una inteligencia corporal aún por desarrollarse, y una inocencia y curiosidad que progresivamente van mutando a este espíritu de aventura y poder de libertad, junto ya con el estampa de una persona adulta, que vemos más hacia el final de la cinta. Todo, desde su forma de moverse, observar hasta su forma de hablar crecen contínuamente con el personaje, entregándonos un increíblemente amplio rango de interpretación que pareciera ser el sello absoluto de todo lo que Emma Stone es capaz de entregar, abnegada totalmente a la locura, al sinsentido pero también a la nobleza y lucha del personaje. Sin duda la ganadora del Oscar de este año.
Por su parte, sus acompañantes no se quedan atrás, con interpretaciones lujosas que saben acompañar y dar todo de sí para que nuestra protagonista se luzca. Mark Ruffalo es un excelente sidekick, abriendo las puertas al humor más burdo y la contraparte justa para que el personaje de Bella explote todo su potencial.
Otra cosa que no puedo dejar de mencionar es el increíble diseño de vestuario de la cinta, inspirado en mediados del siglo XIX. Cada prenda acompaña y refleja a la perfección la etapa en la que se encuentra la protagonista, siendo también un testimonio de su personalidad y de lo que va pensando y descubriendo del mundo en el que transita. Desde prendas que simulan las de un bebé hasta atuendos mucho más atrevidos y llenos de color, definitivamente el trabajo de Holly Waddington es un área para estudiar por separado de la brillante obra de Lanthimos y sobre la que les incito a averiguar más.
Obviamente el diseño de producción es un tema que no podemos dejar fuera, pues recrea de forma magistral todos estos escenarios del mundo alterno, retrofuturista en el que se desarrolla la historia.
El trabajo del director en esta cinta es impecable en su totalidad, logrando hacer de toda esta excentricidad una historia conmovedora, inspiradora y sumamente atractiva, mi favorita para esta temporada de premios.
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