[Reseña] «Todo en todas partes al mismo tiempo»: Mientras menos haga sentido, mejor

Tiempo estimado de lectura: 3minutos, 2segundos

Siempre que nos acercamos al cine, suele ser con alguna expectativa. Frente a tanta información, trailers e imágenes anticipatorias, es difícil sentarnos «en blanco» frente a la pantalla. «Todo en todas partes al mismo tiempo»  es la excepción a la regla, porque no importa cuánto leas o veas, no se su existe un modo de prepararse para lo que vas a ver.  Una película difícil de describir, única en su género, ha dado mucho de que hablar catalogándose como la mejor película del año y probablemente de la década.

Sinopsis: “Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo” se centra en la vida de Evelyn Wang (Michelle Yeoh), quien lucha por mantener su negocio a flote, comprobar sus impuestos a Deirdre Beaubeirdra (Jamie Lee Curtis), una despiadada auditora, y a mantener buenas relaciones con sus seres queridos. En su camino Evelyn descubrirá que tiene el poder de viajar a través de múltiples universos, lo que la lleva a una exótica, divertida y reflexiva aventura dentro del asombrante y misterioso multiverso en el que vivimos y no lo sabemos.

La dinámica en pantalla es realmente sorprendente; llena de estímulos que no dejarán descansar tu mente un solo segundo, sacándote risas y lágrimas casi de forma simultánea. Y cuando escribo «sorprendente», no me refiero únicamente a su desplante o uso de recursos CGI, si no que también a la creatividad que exponen sus creadores al hacernos transitar a través del multiverso. A pocos minutos de partir, la cinta nos pone a prueba y desafía nuestra lógica y capacidad de entregarnos a la experiencia, preguntándonos qué somos capaces de ceder para hacernos parte de la realidad que nos presenta. Si, al igual que la protagonista, somos capaces de entregarnos a este multiverso pese a nuestras dudas o reticencia, seremos espectadores de una historia como nunca antes en el cine.

Michelle Yeoh se luce en su papel protagónico, como es completamente esperable de ella. Sin embargo el cast por completo y en partes iguales sorprende en las numerosas versiones de sí mismos que deben interpretar a lo largo del film.

Creo que sin duda lo más valorable de la cinta es como poco a poco se revela la trama de fondo que poco tiene que ver con los multiversos o la historia fantástica de la que somos testigos,  si no mas bien se relaciona a una vivencia que parece ser común a cualquier dimensión en la que habites. Una experiencia tan transversal y a la vez personal que remueve algunas de nuestras fibras más profundas, guiándolos a darle nuestro propio sentido y a homologarla de una forma u otra con lo que hemos vivido.

Sinceramente, no es mucho más lo que puedo decir además de que «Todo en todas partes al mismo tiempo» es algo que de todas formas necesitamos experimentar en la pantalla grande, para, por nuestra cuenta, darle sentido a esta historia en nuestras cabezas y nuestros corazones, pues hay poco que explicar y más que vivir en primera persona. Con una dinámica poco habitual para el cine estadounidense, la cinta nos cuenta una historia que es conmovedora, emocionante y ridícula en partes iguales, pero que al momento de levantarnos de nuestro asiento lo que queda marcado es lo que llega al corazón. Puedes amarla u odiarla (realmente espero que no) pero jamás quedar indiferente. En cines gracias a Diamond Films Chile.

Sin comentarios

Deja una respuesta