[Crítica] “Sin Límites”: Yo También Quiero Una de esas Pastillas

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Sin Limites es la última propuesta del director Neil Burger (El ilusionista) basada en la novela homónima de Alan Glynn y protagonizada por Bradley Cooper (Qué pasó ayer?),además de contar con un discreto Robert de Niro.

La película nos presenta la historia de Eddie Morra (Cooper), un joven escritor con un serio bloqueo creativo que ve cambiar su vida tras un inesperado reencuentro con un viejo amigo de universidad, el cual le ofrecerá la solución a sus problemas, la NTZ. Un nuevo fármaco, revolucionario y muy inédito en el mercado, pues se trata de una pastilla que otorga la posibilidad de acceder al 100% de la capacidad mental, una especie de píldora de la inteligencia que permite al usuario entender con claridad todo lo que le rodea, haciendo uso de los conocimientos que ha ido adquiriendo a lo largo de los años (incluso inconscientemente), además de encontrar las soluciones correctas a sus problemas por resolver. Debido a su delicada situación, Eddie siente que ya no tiene nada más que perder y decide probar la extraña píldora. En menos de treinta segundos, la venda que cubría sus ojos, desaparece y su vida se transforma. Se ha vuelto capaz de verlo todo claro.

De este modo, en unos pocos días, Edward Morra pasa de ser un escritor hundido y rozando la pobreza a un agente de bolsa contratado por un magnate de los negocios (Robert De Niro) dispuesto a cerrar la mayor operación bursátil de la historia ente dos compañías energéticas. El inconveniente es que la interrupción de la ingesta de la droga provoca la pérdida de las facultades y la muerte. Además, los pocos que la han probado buscan sus existencias sin compasión por quiénes aún las tienen.

 Agradable sorpresa con respecto a su protagonista, Bradley Cooper. He de reconocer que lo había etiquetado como actor de segunda categoría, guapo, pero de pobre talento. En esta película me ha demostrado que es capaz de tomar papeles más serios y sostenerse dignamente de inicio a fin. Entregando personalidad y fuerza a su personaje, logrando incluso, una notable confidencialidad con el espectador junto con transmitirnos correctamente cómo se siente cada vez que toma la NTZ. Tanto así que la aparición de Robert De Niro se ve eclipsada ante el joven protagonista. Dicen que los años no pasan en vano, y en el caso de De niro, en esta ocasión nos ofrece un personaje pobre sin gran desarrollo, en donde él tampoco supo cómo potenciarlo.

Una propuesta de lo más interesante con respecto a su narración y dirección fotográfica. El aprovechamiento de recursos fílmicos le da un toque totalmente diferente y original a la estética de la película. Demostrándose especialmente en las secuencias donde el protagonista ingiere la píldora haciendo uso de detalles que potencian el relato tales como usar; un lente gran angular, ojo de pez, profundidades de campo muy pronunciadas, cambios de colores y tonalidades, realizando metáforas de cómo el protagonista consigue desarrollar sus proyectos ahora que puede usar toda su capacidad e incluyendo algún que otro salto temporal o flashback. De esta manera, se desarrollan y explican a plenitud los efectos que provoca la droga, potenciando la narración general de los sucesos y aprovechando los recursos para transportarnos a este mundo en donde la NTZ nos entrega confianza y claridad para tomar las decisiones correctas.

Un guión bien trabajado, consciente de los enfoques más importantes para el desarrollo de la historia. Aun así, pese a que no hay gran profundización en el aspecto científico, lo que se nos muestra es lo justo y necesario para comprender lo que necesitamos. Pues al cine vamos a entretenernos.

Todo esto, acompañado de un soundtrack rítmico igual que la película, muy bien escogido y que se complementa a la perfección con la historia y su protagonista, contribuye a entregarnos una propuesta diferente e interesante, capaz de capturar al espectador de principio a fin y llevarte el límite de querer una de esas pastillitas, pese a conocer sus consecuencias. Pues exitosamente se consigue que el espectador se identifique con la actuación del actor y su personaje. Comprendiendo sus razones y necesidad ante la pastilla, ya que, seamos sinceros, ¿a quién no le gustaría poder lograr todo lo que siempre había querido, hablar idiomas con sólo escucharlos, manejar textos que se le hacían imposibles o, simplemente, estar en la cima del mundo?

A mí, sí me gustaría.

Stephanie V.B.

1 comentario

  1. Diego dice:

    Me gusto bastante la película n_n

    Gracias por la crítica c:!!

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