[Crítica] “Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros»: ¿y las estacas?

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Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros está basada en el libro escrito por el mismo guionista y productor de este film;  Seth Grahame-Smith, autor que ha logrado posicionarse como un reconocido escritor de Best Sellers literarios que hacen uso del estilo Mash-up. Para aquellos que no lo sepan, esta nueva tendencia se basa en mezclar personajes de época con criaturas de la cultura popular tales como los vampiros o zombies, por mencionar otro de sus éxitos, tenemos “Orgullo y Prejuicio y Zombies”, libro que también será adaptado al cine dentro de poco.

Partimos en la infancia del presidente, donde pierde trágicamente a su madre por culpa de un vampiro. Así, vertiginosamente y sin ahondar mucho en detalles, nos vamos directo al grano: el inicio y desarrollo de su etapa de cazador, al cual eventualmente se le suman los detalles e inicios de su carrera política. Durante su búsqueda de venganza, descubrirá los planes que tiene el clan de los vampiros de expandir sus territorios y dominar el país Norteamericano.

Con respecto a los personajes. Nuestro protagonista, Abraham Lincoln, está interpretado por un actor desconocido, sin mucho carisma y que se ve mejor en la versión adulta del presidente, no hay mucho qué decir sobre él. Por otro lado, nuestro villano, el señor de todos los vampiros acompañado siempre de sus fieles seguidores, quizás tenía la intención de imponerse y causar temor en aquellos que conocen sobre su existencia, pero fue más bien un rival (entre muchos) con un rostro reconocible. El mejor personaje es Henry, el mentor del presidente. Que pese a que es bastante predecible, logra encantarnos robando protagonismo en las escenas de las que es participe. De todos modos, y considerando su rápida introducción en la historia, es al menos aquel que está mejor desarrollado psicológicamente.

A rescatar, tenemos incontables secuencias de peleas muy bien sincronizadas, con interesantes movimientos de cámara y efectos de sonido coherentes con los momentos de “tensión”. Al mismo tiempo, el vestuario sobresale por su calidad y estética. En especial, la propuesta y diseño que se le da al personaje de Henry, hay personas a las que les queda realmente bien vestir ese estilo de ropa.

Una película de la que esperaba mayor innovación con respecto al efecto 3D. Con un guión un tanto flojo, sin pretensiones, pero que cumple su promesa de acción y efectivamente, nos transporta a la cacería de vampiros. Entretención en la que no es necesario acomplejarnos con la trama.

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