[Reseña] «Aniquilación»: Una profunda odisea hacia la autodestrucción

Tiempo estimado de lectura: 4minutos, 49segundos

Alex Garland es sin duda uno de los artistas más visionarios de nuestra época, destacando como autor («La Playa»; «El Teseracto»), guionista («Exterminio»; «Sunshine: Alerta Solar»; «Nunca Me Abandones») y director («Ex Machina») de producciones llenas de contenido y comentario social contemporáneo. Es ahora con «Aniquilación» («Annihilation«), la cual es una adaptación de la novela homónima escrita por Jeff VanderMeer, que el cineasta vuelve detrás de la silla del director para traer la que es discutiblemente, una de las mejores piezas de ciencia ficción del siglo XXI.

Sinopsis: La bióloga Lena (Natalie Portman) se interna en una región misteriosa aislada por el Gobierno estadounidense después de que su esposo desapareciera durante una misión secreta.

Siendo que esta es una película de la cual resulta muy difícil hablar sin entrar en spoilers, me intentaré acotar a sus contras y pros más técnicos y hablar de la cinta en términos generales, para así dar pie a una nota que entre en mayor profundidad a la trama y su explicación, que publicaré más adelante.

Creo que hay que empezar por aclarar que «Aniquilación» es una experiencia sumamente distinta a lo que promete el trailer, ya que dista mucho de ser un thriller de acción en un escenario de ciencia ficción, sino que destaca más como un drama de ciencia ficción que trata con serias críticas sobre la naturaleza humana, particularmente, sobre el inherente carácter autodestructivo del ser humano, y la reconstrucción personal a partir de esta misma característica.

Al igual que en «Ex Machina», Garland sabe cómo fusionar tensión y belleza en un mismo escenario, ya que la cinematografía y las tomas en esta película son nada menos que preciosas, especialmente en cuanto a las rarezas que las protagonistas encuentran dentro de «el resplandor», que son tanto bellas en apariencia como horripilantes en su razón de ser, la cual es una dicotomía constante en la película que la vuelve sumamente efectiva.

Asimismo, los efectos visuales son espectaculares, particularmente en el último acto de la cinta, donde resultan ser un espectáculo surrealista y psicodélico por el cual resulta imposible despegar los ojos de la pantalla, con el mismo nivel de impresión que los personajes en la película lo admiran.

Por otra parte, nuevamente hay que aplaudir a Garland por haber adaptado algo que muchos dijeron sería inadaptable, ya que la novela de VanderMeer es una dentro de una trilogía, repleta de simbolismo y crítica contemporánea, la cual el visionario director quiso adaptar en tan solo una película en solitario que no busca dar pie a secuelas, sino que pretende ser su propia entidad, con un mismo nivel de crítica y reflexión. Lo cual, al igual como hizo con «Ex Machina» (o incluso más aún), demuestra su aptitud como un artista que sabe respetar el contenido original con el que trabaja, y darle su propio giro original sin caer en la copia sin imaginación.

Considerando que en esencia, esta es una historia que se centra en un aspecto sumamente complejo del ser humano y la odisea en la que este se embarca para evolucionar con dicha característica, claramente se requiere un muy buen trabajo por parte del reparto, y la dirección de Garland en conjunto con las actuaciones de las actrices protagónicas no defraudan en lo absoluto.

La titular Natalie Portman («El Cisne Negro»; «Jackie») se luce como la titular Lena, quien emana una personalidad sumamente perdida y quebrada, cuya evolución se hace cada vez más notoria conforme avanza la película, y resulta cada vez más profunda entre más se le analice. Lo mismo puede decirse de sus contrapartes, Gina Rodriguez («Horizonte Profundo»), Tessa Thompson («Creed»; «Thor: Ragnarok») y Tuva Novotny («Comer, Rezar, Amar»; «Borg/McEnroe»), quienes, al igual que Portman, logran interpretar a un grupo de mujeres sumamente dañadas que comparten un carácter autodestructivo personal que da sentido a la evolución de la trama. La única que no logra convencer del todo es Jennifer Jason Leigh («Los 8 Más Odiados») como la Dra. Ventress, cuyo personaje es más reservado y menos eufórico que el resto, cosa que la deja muy apagada en comparación con los problemas de sus pares, lo cual no resulta muy convincente siendo que su problema no es para nada menor.

Si tuviera que hacer una observación al respecto, sería que la película ciertamente no es una que vaya a ser del gusto de todos. Al igual que «Blade Runner 2049», «Aniquilación» es una cinta lenta (no tan larga como la otra) que se toma su tiempo para crear atmósfera y tiene muy leves momentos de acción que logran gatillar conflicto, pero que no son prolongados, ya que el enfoque de la narrativa es la reflexión sobre la cruzada autodestructiva del ser humano y sobre cómo se redefine a partir de ello.

Para resumir, «Aniquilación» es una película brillante, llena de crítica sumamente relevante sobre las personas y la forma en que se redefinen. Con una impecable dirección, muy buenas actuaciones y una preciosa cinematografía, es una cinta digna de ser vista y analizada muchas veces, y que sin duda se cementa tanto como una de las mejores películas de lo que va del 2018, al igual que una de las mejores películas de ciencia ficción del siglo XXI.

«Aniquilación» ya está disponible a través de Netflix desde el 12 de marzo.

Sin comentarios

Deja una respuesta