[Reseña] «Bellas durmientes»: la fábula feminista de Stephen King e hijo

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Los que seguimos la obra literaria de Stephen King de cerca hemos podido dar cuenta de que en sus libros más recientes el autor ha mantenido un estilo narrativo bastante simple, en comparación al presente en sus greatest hits, donde, para bien o para mal, un atisbo poético se hacía presente en cada página. Esta simpleza, que responde a un desgaste natural, es objeto de críticas hacia al autor por parte de quienes alegan que su calidad ya no es la misma. Es por esto mismo que el anuncio de que “Bellas durmientes” seria co-escrito con su hijo Owen llamó la atención de inmediato, y no fue lo único, ya que la promesa de una “fábula feminista” fue otro de los factores que hicieron que las ganas por leer su última obra traducida al español aumentaran de manera considerable entre los fanáticos del maestro del terror.

A continuación, a modo de reseña, les comparto alguno de los puntos más destacables de “Bellas durmientes”, junto con un par de observaciones de cosas que no me terminaron de convencer.

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Sinopsis: «En un futuro tan real y cercano que podría ser hoy, cuando las mujeres se duermen, brota de su cuerpo una especie de capullo que las aísla del exterior. Si las despiertan, las molestan o tocan el capullo que las envuelve, reaccionan con una violencia extrema. Y durante el sueño se evaden a otro mundo. Los hombres, por su parte, quedan abandonados a sus instintos primarios.
La misteriosa Evie, sin embargo, es inmune a esta bendición o castigo del trastorno del sueño. ¿Se trata de una anomalía médica que hay que estudiar? O ¿es un demonio al que hay que liquidar?

Una fábula del siglo XXI sobre la posibilidad de un mundo exclusivamente femenino más pacífico y más justo que resulta especialmente relevante hoy en día.»


Uno de los puntos más positivos del libro es la contribución de Owen con tintes sumamente frescos a la literatura de King. Al estar leyendo es grato encontrar elementos nuevos, los que sorprenden al lector acostumbrado al estilo de Stephen King y de seguro le entretendrán a quien no está del todo familiarizado con él. En ese sentido el estilo que caracterizó a novelas como It y El resplandor está de vuelta en las maravillosas descripciones, cargadas de figuras literarias, presentes en las páginas de “Bellas durmientes”, así como también se siente presente en la narración de un personaje en particular, el que no es humano.

Es difícil saber con certeza si el retorno de el estilo más clásico de Stephen está ligado derechamente a la participación de Owen, pero de igual manera la dupla padre-hijo tiene como resultado una historia que, si bien comienza bastante lenta e incluso un tanto tediosa, logra mantener un ritmo atractivo y personajes muy interesantes.

Algo que dificulta el enganche con la novela es la gran cantidad de personajes que presenta desde sus primeras páginas. Un índice de personajes al comienzo del libro, algo no común en los libros de King, existe para ayudar al lector la tarea de aprenderse y relacionar todos los nombres, pero aun así me tomó más menos 60 páginas poder comenzar una lectura fluida sin tener que volver a dicho índice. Esta cantidad de roles responde a que el libro está narrado desde diferentes perspectivas, lo que le otorga a la ficción un peso importante; sabemos que lo que ocurre va más allá de un solo personaje, es algo global.

Más allá de su estilo, “Bellas durmientes” contiene un discurso sumamente marcado, el que se acerca mucho al feminismo y la igualdad de género. Esto no es nuevo en los libros de King, ya que, en entregas anteriores, como Carrie, It y Misery, el autor configura personajes femeninos fuertes, los que escapan del arquetipo que impera sobre las mujeres en la ficción. Sin embargo, el mensaje se torna explícito en esta entrega, siendo muy parecido a lo que ocurre en las páginas de Dolores Claiborne, donde, bajo la voz de una figura ficticia, se ejerce una crítica al machismo y al rol secundario de la mujer en la sociedad.

Otro punto a favor del libro es que este discurso no se siente para nada forzado, de hecho es algo natural dado su trama. Las mujeres quedan sumidas en un sueño que no puede ser interrumpido, dejando a los hombres a cargo, lo que desencadena todo tipo de situaciones en las que la mano hábil de King (o de «los King») logra generar un terror muy cotidiano, que lamentablemente se siente más cercano de lo que debería. El suspenso está presente en cada capítulo, y junto al misterio será el principal motor que te hará devorar las 765 páginas de la novela más rápido de lo que piensas.

Algo que no me terminó de convencer del todo es la presencia de un par de personajes que existen únicamente para llevar adelante la trama. No daré sus nombres, pues no quiero caer en el spoiler, pero para el lector no será difícil identificarlos debido a que su inclusión en la historia se siente bastante forzada, y llega un punto que llega a ser incluso innecesaria.

En conclusión, leer «Bellas durmientes» fue una experiencia muy grata. Stephen King, esta vez acompañado, está de vuelta con una historia contingente que no se aleja demasiado de su perspectiva, presente en libros anteriores. La dupla «Owen-Stephen» es un acierto, ya que nos entrega lo que más nos gusta de King padre con un par de elementos sorpresivos aportados por su hijo. El libro presenta una temática muy latente en estos días y que no dejará indiferente a ningún lector, sobre todo por su terrorífico parecido con nuestra realidad. ¿Qué pasaría si todas las mujeres se duermen y no pueden despertar? Averigualo en «Bellas durmientes», disponible en las grandes librerías del país.

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