[Reseña] «Belleza Inesperada»: un mensaje espiritual desde el cosmos

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Will Smith (En Busca de la Felicidad), Edward Norton (El Club de la Pelea), Keira Knightley (Piratas del Caribe), Hellen Mirren (La Última Estación) y Kate Winslet (Eterno Resplandor de una Mente Sin Recuerdos). Es imposible que algo salga mal, ¿verdad? Espera, ¿es una película navideña?

Sinopsis: Howard Inlet (Will Smith) es un exitoso ejecutivo de publicidad de Nueva York. Su situación cambia drásticamente cuando una tragedia personal le golpea con fuerza, lo que le lleva a caer en una profunda espiral de depresión. Sus colegas más cercanos intentarán animarle y sacarle de su letargo. Para ello pondrán en marcha un plan poco convencional, para obligarle a afrontar su sufrimiento de una manera sorprendente y profundamente humana. Pero este plan traerá consigo resultados imprevistos.

Siempre es ideal que la trama de una película fluya de forma natural, y esto se logra cuando el contexto en el que ocurre es lógico y verosímil. Belleza Inesperada no se toma más de 30 minutos para decirte que este no es el caso, siendo fríamente calculada, innecesariamente manipuladora y busca de forma insistente tocar la fibra sensible del espectador, con una gran nevada festiva de fondo.

Cuando quieres hacer una película de fiestas, lo común es sostener tu argumento en esta, y a la vez el argumento en tu película. ¿Cómo? Si sacas «halloween» (o navidad) de El Extraño Mundo de Jack no tienes película; eliminas «navidad» de Duro de Matar y el personaje pierde su motivación; pero si quitas la navidad de Mi Pobre Angelito, sigues teniendo una película. En este caso, Belleza Inesperada es una película navideña porque hay nieve y árboles, pero no tiene una razón de fondo para ser una «película de navidad».

Aunque el contexto no es muy sólido, la trama se va armando al pasar los minutos y estos pequeños detalles pasan y se olvidan. Lo que más ayuda a esto son las actuaciones. No existe un minuto en que no le creas cada palabra que sale de la boca a sus personajes, los cuales si bien no son originales y responden a muchos tropos o clichés, son exquisitamente trabajados y emocionalmente poderosos. 

Will Smith demuestra, una vez más, que el drama es un género que le acomoda mucho, y con solo mover su cara puede decir más que muchos otros actores. Si no fuera por el otrora Príncipe del Rap, Hellen Mirren se comería toda la pantalla, solo por una corta ventaja con Keira Knightley que también deja una actuación que te roba el aliento.

Faltó tiempo para poder ver más de Edward Norton y Michael Peña, pero no hay nada que criticar de sus actuaciones, y se nota que David Frankel (El Diablo Viste a la Moda) tiene un futuro en este estilo de películas.

La fotografía de Belleza Inesperada, que se veía tan prometedora en sus adelantos, terminó siendo una gran decepción. Un montón de escenas clásicas, con tomas estáticas que hacen parecer de la película un trailer gigante en donde la cámara decidió quedarse quieta y no seguir nunca la -poca- acción que ocurre en el filme. Una coloración excesivamente blanca hace de una película con una trama dramática innecesariamente brillante.

La banda sonora de la película, con muchos sonidos de pianos e instrumentos clásicos es muy armoniosa, pero a ratos monótona y genérica y, nuevamente gracias al exceso de blancos, te sientes como en una larga publicidad del nuevo iPhone, y no viendo una película tan intensa como lo es Belleza Inesperada.

El transcurso de la película es predecible desde el comienzo, y posee tantos mensajes filosóficos que es agobiante el exceso de información, por lo que ningún golpe emocional llega de lleno a sentirse, lo que es bastante triste considerando que se nota que es una película muy ambiciosa que quiere sorprender, pero no se refleja en el producto final, abarcando demasiado terreno y no pudiendo concluir bien todos los arcos argumentativos que buscó la película.

Belleza Inesperada quiere dar un mensaje emocional de esperanza y amor, pero se enreda en su propio argumento y se ahoga en un sentimentalismo artificial y manipulador que no entrega la suficiente belleza para llevar tal nombre. Con la misma historia, todo podría haber sido infinitamente mejor, ya al final se siente casi como una burla cruel al espectador, a la que te exponen por cerca de 100 minutos y la recompensa no es digna del gran elenco que la compone.

Belleza Inesperada es, a pesar de todo, una película disfrutable mientras no le exijas más de lo necesario y te sientes a ver la película confiando y creyendo en su trama, dejando la incredulidad fuera de la sala de cine.

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