[Reseña] Enemigo invisible: La sutileza de la guerra

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El creciente desarrollo tecnológico que se vive en la actualidad ha llegado a alcanzar y cambiar todo ámbito de las relaciones humanas, ya sea con su entorno o con sus pares, afectando la forma en que nos enfrentamos entre muchas otras cosas, a la guerra, ofreciendo oportunidades con las que antes ni soñábamos.

Este es el contexto de la película; esas nuevas oportunidades, favorecedoras pero peligrosas, al compartir un límite borroso con la impersonalidad y deshumanización de los actos que una guerra implica. El título “Enemigo invisible” (U ojo en el cielo, si traducimos literalmente el original), hace referencia a los drones que se utilizan para operaciones y ataques comandados a distancia, y quizás también, a todos esos obstáculos que se presentan de manera silenciosa pero imponente.

 Sinopsis: La historia gira en torno a Michelle Madden (Helen Mirren), una oficial de inteligencia militar británico quien de forma remota comanda un vehículo aéreo no tripulado en una operación secreta, con la intención de capturar a un grupo de terroristas en Kenya. Cuando se da cuenta que los terroristas están en una misión suicida, ella debe alterar sus planes y volverla una operación de “matar”, no “atrapar”. Mientras tanto, un piloto americano recibe la tarea de destruir la casa segura, solo para verse en problemas cuando una niña de nueve años ingresa en la zona donde podría resultar lastimada.

La película cuenta con un gran elenco, y nos regala la última actuación de Alan Rickman, como el General Frank Benson, que es sin duda, una gran despedida. Cada personaje es interpretado a la perfección, sobretodo teniendo en cuenta lo estático de los escenarios en los que se desarrolla la película, el potente personaje de Helen Mirren, (que como algo poco frecuente para el tipo, fue entregado a una mujer),  las emociones expresadas por Aaron Paul, como el piloto del drone Steve Watts, hacen vibrar la pantalla, algo totalmente potenciada por el soundtrack. La tensión es tan palpable, que te mantiene al borde del asiento toda la película, algo curioso si pensamos que el tema central de todo es un dilema moral, algo que de primeras suena difícil de tratar, pero que el director logra abordar a la perfección, con la sutileza de no ahogar al espectador, pero aún así dejando un pequeño espacio a la reflexión de todo lo que ocurre mientras tu estás aquí, prácticamente aislado al otro lado.

Para mi gusto una gran, gran película que tuvo la mala suerte de toparse con los estrenasos en cartelera, viéndose forzada a salir demasiado pronto de las salas. Pero si tiene la suerte de toparse con alguna función, no dude en verla.

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