Lo que nos dejó la beta abierta de «Ghost Recon Wildlands»

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La beta abierta de Ghost Recon Wildlands de la saga de Tom Clancy llegó a su fin, y pudimos probar por un par de días lo que promete esta nueva entrega de la saga Ghost Recon, que deja de lado escenarios futuristas de sus entregas previas y vuelve a los orígenes con una historia ubicada en la selva y desierto de Bolivia.

A lo primero que nos enfrentamos en Wildlands, mucho antes de luchar contra el gran narcoterrorista Cartel Santa Blanca, es a la personalización del personaje, la cual es bastante extensa. Color de piel, rostro, cabello, tatuajes, cicatrices, además de vestimenta (aunque mucha está bloqueada al comienzo). También podemos utilizar un personaje femenino.

El personaje que creamos lo veremos en todas las cinemáticas, y será nuestro avatar durante el juego. En la versión final tendremos la opción de tener hasta tres partidas, por lo que podremos crear tres personajes distintos.

Al comienzo nos entregan cuatro armas para elegir, pudiendo portar tres primarias (dos ametralladoras al comienzo) y una pistola o una ametralladora corta como secundaria. Con el pasar de la historia logré conseguir más armas y utilicé un rifle de francotirador para hacer más fácil enfrentarme a los enemigos. Tu equipamiento también cuenta con granadas, un Drone y binoculares, aunque luego puedes ir obteniendo más objetos.

De lo primero que nos damos cuenta cuando tomamos el control del personaje es lo grande que es el mapa general (en la beta solo había acceso a dos provincias), el que, por suerte, no está lleno de objetivos secundarios ni coleccionables como acostumbra Ubisoftsino que esta información se va liberando a medida que encuentras objetos que los desbloquean.

Los objetos que se descubren tienen recompensas tangibles y no solo ornamentales, como diversos métodos de subir de nivel habilidades, armas o accesorios para estas. Estos son necesarios para avanzar pero no se sienten agobiantes. Como el juego contiene elementos de RPG, pasarás un gran tiempo mejorando habilidades para hacer más fácil superar los objetivos, como también cambiando tus armas para acomodarte a un estilo de juego particular.

Lo que diferencia a Wildlands de otros Ghost Recon es su mundo abierto. A pesar de tener una misión específica que seguir, puedes dedicarte a pasear libremente por Bolivia mejorando tu personaje hasta sentirte preparado, enfrentándote a narcoterrorista, como también a la corrupta ficticia policía militar de Bolivia llamada «Unidad». Cada misión puedes afrontarla como quieras. Si tu modo favorito es el sigilo, puedes hacerlo; si prefieres el caos, es una opción matarlos a todos sin piedad.


Los gráficos sufrieron un claro downgrade desde los trailers que vimos, pero una mejora sustancial desde la beta cerrada. Estamos rodeados de paisajes rurales hermosos que realmente se asemejan a la selva amazónica boliviana, con muchos ríos y caminos de tierra que nos hacen sentir dentro del lugar donde estamos.

Los objetos, vehículos y edificios, no se ven muy realistas desde lejos en contraste al agua y los cerros. Esas piedras lejanas parecen sacadas de un juego de los 2000 y no de un título de última generación, pero tampoco afectan a la experiencia y pasando la prueba, ya que su énfasis está en su jugabilidad.

No hay muchas explicaciones de los controles en Wildlands, pero no las necesitas. Luego de no más de cinco minutos probando los botones logré entender que hacía cada cosa sin necesidad de tutoriales. El único problema que tuve fue al entrar y salir de autos al comienzo, ya que el utilizar el botón Cuadrado para esta acción se hacía extraño por la costumbre de utilizar Triangulo en gran parte de los juegos, pero al rato se hizo normal.

La conducción en Wildlands es muy cómoda, algo que no sentía desde GTA V, sintiéndose natural manejar todos los vehículos del juego, pudiendo incluso realizar una persecución en helicóptero, o maniobrar un dañado avión a entremedio del bosque, como también conducir una camioneta a través del desierto alta velocidad. Lo único malo es que los vehículos son extremadamente sensibles, siendo abollados con el mínimo contacto con algún obstáculo.

Cuando damos órdenes a nuestros compañeros, ya sean personas reales o manejados por la computadora, o solicitamos apoyo a los Rebeldes, se hace a través de comandos que seleccionamos con el stick derecho, lo que es difícil de hacer bajo una lluvia de balas enemigas, y realmente necesita una mejora en su configuración.

Fuera de eso, es todo cómodo y automático si tienes experiencia en este estilo de juegos, pero quizás requiere más paciencia para quien esté entrando por primera vez al género.

La Inteligencia Artificial del enemigo es algo torpe, apuntando a ti todos sus esfuerzos por eliminarte, sin preocuparse de los otros tres miembros de tu equipo que están contigo constantemente en modo de un jugador, pero que parecieran no hacer mucho por apoyarte, teniendo que muchas veces acabar con un ejército enemigo tu solo.

Los Rebeldes, que son tus aliados, son bastante torpes y no hay forma de interactuar con ellos si no es a través de las opciones de soporte en la rueda de opciones, encontrándolos en el camino pero sin posibilidad de pedirles su apoyo. Además, a lo lejos, el círculo que anuncia su presencia no se diferencia del de los miembros del cartel más que por su color, que es amarillo y naranjo, respectivamente… ¿o era verde? Para una persona daltónica como yo, se hace extremadamente difícil diferenciarlos y me vi constantemente matando aliados sin quererlo. The Witcher III cuenta con un modo para gente con este padecimiento, y sería agradable ver algo similar aplicado en Wildlands.


La ambientación en suelo boliviano es creíble, con un mundo del narcoterrorismo en constante crecimiento, y Bolivia como un centro de producción gigante de cocaína, pero mucho menos pintoresco que el visto en NarcosEl Cartel de Medellín estaba presente en gran parte del contiente y, tras la caída de Pablo Escobar, las grandes potencias del Terrorismo se movieron a México y Brasil, con sus enseñanzas violentas y sanguinarias. El ficticio Cartel Santa Blanca de Wildlands es un grupo de narcoterrorismo mexicano arraigado en tierras de un ficticio Bolivia, con el fin de movilizar la droga de manera más personal, los que están liderados por El Sueño, un tatuado y cruel personaje con creencias religiosas muy poderosas y con nulas intenciones de enriquecerse, haciendo todo por el poder.

El argumento es realista y vigente, y tiene sentido que los miembros del cartel fuesen mexicanos, y hablasen con acento mexicano, pero no es lógico que todos lo sean. Si están en Bolivia, ¿no deberían tener agentes bolivianos trabajando para ellos? El acento y léxico mexicano se repite en todos los personajes que no hablan inglés, lo que para un jugador que no conozca el idioma puede no significar nada, pero para una persona de habla hispana afecta mucho a la credibilidad.

En un dialogo recurrente, nativos bolivianos vociferan, con acento mexicano, que no tienen ningún «boliviano», cuando la moneda del país altiplánico es el Bolivar. También repiten constantemente el modismo «pe» para terminar frases, muy utilizada en el país vecino de Perú, y similar a nuestro propio «po», lo que demuestra que el trabajo de investigación no es muy completo en ese aspecto.


El método de juego es parecido a lo que demostró Ubisoft en otro juego de la saga, The Division, con una mezcla entre juego online y de un jugador, varias historias en un mismo mundo y mucho que hacer. Todo lo que hacemos se siente cómodo, especialmente el combate, y nos hace querer avanzar más y más en la historia, la cual es novedosa en el género y llamativa para jugarla. El líder de los Rebeldes, Pac Katari, ex productor de la hoja de coca, quien porta ese nombre o «chapa» por Túpac Katari, un famoso rebelde indígena aymará, crea un lazo que te provoca la necesidad de aportar a su causa contra el narcotráfico, haciendo que tu misión de vengar la muerte de un agente encubierto de la DEA pueda tornarse personal, si el argumento yankee no te convence del todo.

Tom Clancys’ Ghost Recon Wildlands era un título que no me llamaba la atención, y con esa misma idea jugué su beta abierta, y tras unos días viendo lo mucho que tiene para ofrecer el juego producido por Ubisoft, debo decir que mi opinión cambió totalmente. El título entretiene bastante, y debe hacerlo todavía más cuando los cuatro miembros del equipo militar son controlados por personas reales. Wildlands tiene cosas que lo diferencian mucho de otros juegos, y se convirtió en una compra obligada para su servidor, quizás solamente por lo cómodo que es manejar ese Drone que hace mucho más fáciles las misiones sigilosas.

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