[Reseña] «Ad Astra: Hacia Las Estrellas»: Autodescubrimiento espacial

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James Gray («Dos Amantes»; «La Ciudad Perdida de Z») es de esos directores que tienen la película clara. Más allá del Hollywood convencional que acostumbramos ver en la pantalla grande, este cineasta busca contar historias que se sientan reales y que exploren al ser humano en diversos aspectos, y es por lo mismo que «Ad Astra: Hacia Las Estrellas» resulta ser una apuesta tan interesante para él, al ser su primer salto hacia la ciencia ficción. ¿Se sale el director de su línea artística o logra hacer su marca en un género que no había explorado?

Sinopsis: El astronauta Roy McBride (Brad Pitt) viaja a los límites exteriores del sistema solar para encontrar a su padre perdido y desentrañar un misterio que amenaza la supervivencia de nuestro planeta. Su viaje desvelará secretos que desafían la naturaleza de la existencia humana y nuestro lugar en el cosmos.

«Ad Astra» es probablemente el mejor blockbuster menos blockbuster que he visto en mucho tiempo. Aquellos que esperan ver una aventura espacial llena de acción probablemente quedarán con un sabor de boca algo insípido, ya que la cinta dista mucho de ser eso (a pesar de tener secuencias llenas de adrenalina a momentos). La película es, ante todo, la inmersiva odisea por el espacio, de un individuo que debe alejarse de la humanidad para poder encontrar justamente el propio sentido de humanidad, que siente que ha perdido ya hace mucho tiempo.

James Gray claramente goza contando este tipo de historias, y en esta ocasión, se nota una clara influencia de películas que se volvieron obras maestras por desafiar las expectativas de sus audiencias. Cintas como «Solaris» (1972), «2001: Odisea en el Espacio» (1968) y «Apocalipsis Ahora» (1979), que destacaron por salirse de las convencionalidades de sus géneros, y ofrecieron en cambio una mirada artística, profunda y contemplativa de la naturaleza humana y su desarrollo con su entorno. En este caso, una fusión brillante entre la humanidad que nos define como especie y el vasto cosmos del espacio.

He de sumar que con esta película doy por firmado que 2019 es el año de Brad Pitt, quien después de su brillante trabajo como Cliff Booth en la última cinta de Quentin Tarantino, «Había Una Vez En Hollywood«, ahora vuelve a deslumbrar como Roy McBride, un astronauta práctico e intrépido que, a pesar de toda su experiencia espacial en cuanto a lo que ha logrado y visto, no deja de estar incompleto por dentro, por tantos años ya, que incluso llega a cuestionar constantemente el valor de los vínculos que lo hacen humano.

Lo que más destaca de Pitt es que su interpretación es sumamente sutil, donde los pequeños gestos y las reflexiones mentales dan mucho que pensar, tanto sobre su personaje, como sobre nosotros mismos como seres de una misma especie. Esa habilidad de contar y dar a pensar mucho con muy poco es algo extremadamente valioso, y la dirección de Gray fue muy acertada para la actuación que el actor entrega.

Asimismo, los otros grandes factores que hacen de esta película una experiencia tan inmersiva son la increíble cinematografía de Hoyte van Hoytema (quien ya deslumbró antes en este ámbito con su trabajo en «Interestelar», y más recientemente con «Dunkerque») y la banda sonora de Max Richter («La Llegada»), quienes logran una impecable mezcla de colores y sonidos que resulta en una experiencia digna de ver en la pantalla grande para poder vivir el espacio de una forma que estimula todos los sentidos.

«Ad Astra: Hacia Las Estrellas» es sin dudas una de las mejores películas del año. Es una odisea espacial que usa todos los elementos que tiene a su disposición para crear una experiencia que marca un precedente cinematográfico respecto a cómo se puede vivir un viaje por el espacio a través de una pantalla. Si bien. no es una cinta hecha para aquellos que esperen un blockbuster explosivo de ciencia ficción, sí es una que ofrece tanto maravillas por ver, como cosas respecto a las que reflexionar, y esa es la base de todo arte, más allá del entretenimiento. James Gray se la jugó por crear una experiencia nueva y como resultado llegó a los astros.

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