[Reseña] «Kubo y La Búsqueda Samurai»: si van a pestañear, háganlo ahora

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Del estudio Laika, que nos trajo películas como Coraline (2009), ParaNorman (2012) y Los Boxtrolls (2014), llega a los cines Kubo Y La Búsqueda Samurai, una asombrosa película de un arte perdido: el stop motion.

Sinopsis: Para ganarse la vida, «Kubo» cuenta historias fantásticas a los habitantes de un pueblo costero. Pero la vida de «Kubo» cambia de golpe cuando, accidentalmente, invoca a un espíritu del pasado que regresa de los cielos decidido a llevar a cabo una venganza milenaria. «Kubo» no tiene más remedio que huir y con la ayuda de su shamisen (un instrumento mágico), «Mono» y «Escarabajo» tratar de salvar a su familia y resolver el misterio que rodea la caída de su padre, el más grande de todos los samuráis que jamás haya existido.

El debut en la dirección de Travis Knight, animador en jefe y presidente del Laika, nos cuenta la historia de Kubo, un niño con poderes mágicos que utiliza para contar historias inconclusas con una shamisen (un instrumento de tres cuerdas originario de Japón), origami y un gran discurso, que se ve envuelto en un gran problema y debe luchar contra su destino.

La trama de Kubo y La Búsqueda Samurai es compleja pero muy bien trabajada, con una historia que no parece sacada de un estudio de occidente.   Su fotografía, su música, sus personajes y su narrativa son propios de una obra del mundo asiático y, aunque se hizo con el máximo respeto a esta cultura, falla a la hora de mezclar ambos mundos, y se convierte en una historia muy hollywoodense con tintes japoneses, pero posee un humor muy tradicional y moderno, lo que crea una dicotomía muy fuerte aunque no es trascendental a la hora de disfrutar la película.

Un destacado homenaje de Regina Spektor a The Beatles, con unos arreglos orientales, adorna esta película pero de todas formas se siente muy ajena a la historia reforzando lo difícil que es combinar los mundos Occidentales y Orientales.

Los personajes son profundos, incluso los que aportan el toque cómico y, aunque no los llegamos a conocer muy de fondo, lo que se alcanza a ver te genera un apego emocional con cada uno de estos, gracias en parte al gran trabajo detrás de las voces, con actores de gran talento como Art Parkinson (Game of Thrones), Charlize Theron (Mad Max: Furia en la Carretera), Matthew McConaughey (Interstellar), Ralph Fiennes (Harry Potter), Rooney Mara (La Chica del Dragón Tatuado), George Takei (Star Trek) y Brenda Vaccaro (Perdidos en la Noche), entre otros.    Si pueden ver la versión original, háganlo.

El trabajo de animación es sublime, siguiendo con la tradición de un estudio muy dedicado a entregar productos detallados y cuidados, haciéndonos a ratos olvidar que detrás de la película existen horas y horas de animación cuadro a cuadro para que esta historia cobre vida.

La frase con la que Kubo y la Búsqueda Samurai abre no es fortuita, si no una advertencia a no perderse ningún detalle: «Si van a pestañear, háganlo ahora«, y es que realmente cada paraje de la película tiene algo que entregar, desde un chiste para los más pequeños hasta una enseñanza para el más adulto.

Quizás, a ratos, sea difícil para algunos niños comprender momentos profundos e incluso algo oscuros de Kubo y la Búsqueda Samurai, que trata temáticas como la vida y la muerte, la redención y la felicidad de forma cruda pero muy respetuosa, incluso abriendo posibilidades de debates entre padres e hijos.

Kubo y la Búsqueda Samurai muestra una madurez en lo que han sido las películas del estudio Laika y es su obra más ambiciosa.   Un filme totalmente recomendado, principalmente por su trabajo artístico, pero también por su historia, a rato predecible, pero con muchas sorpresas y misterios para disfrutar por todos.

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