[Reseña] «Por Eso Lo Llaman Amor»: Cómica, real y sincera

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El Memo siempre fue el más enamoradizo de mi grupo de amigos, pero jamás olvidaré cuando llegó comentando que estaba saliendo con una chica de un estatus social bastante elevado. Para que se hagan una idea, la película “La Dama y El Vagabundo” era el claro reflejo de esta relación. Y todos tenemos presente de que cuando hay amor verdadero, todo lo demás importa poco; ellos dos se amaban perdidamente, pero lamentablemente, para el padre de ella eso no era suficiente. Ni les cuento lo que pasó cuando este señor se enteró. La relación llegó a su fin, ella se fue a estudiar a Harvard, y el Memo… bueno, ahora está pagando condena por el no pago de la pensión alimenticia.

Y es que, cuando hay amor verdadero, y otros factores externos no te dejan disfrutarlo como se debe, al parecer te deja más destrozado el término de esa relación, y es ahí donde la película “Por Eso Lo Llaman Amor” busca de alguna forma cómica y sencilla explicarnos, a través de una historia real, lo que sucede cuando existe amor, pero lamentablemente factores externos irrumpen en la relación.

Sinopsis: Basada en hechos reales, «Por Eso lo Llaman Amor» es la historia de amor entre el comediante pakistaní Kumail Nanjiani y la estudiante norteamericana Emily V. Gordon. Para solventar su vida en Chicago, Kumail trabaja como chofer de Uber y, en sus horas libres, en un club de comedia acomodando las sillas, lo que es premiado con 5 minutos de rutina para hacer Stand Up. En una de esas noches de presentación, conoce a Emily, con quien tiene un flechazo de inmediato y en lo que parecía una relación fugaz entre un inmigrante musulmán y una joven estadounidense se revela una estrecha relación de amor y entrega, que no sólo desafiará las normas sociales, sino que además a los familiares, al enfrentar el mundo de Pakistán con el mundo de EEUU, post 11/09, y al enfrentar la vida con la muerte, pues Emily es diagnosticada con una extraña enfermedad que será el punto de inflexión en la vida de Kumail.

Dirigida por Michael Showalter (Mi nombre es Doris) y escrita por Emily V. Gordon y Kumail Nanjiani, llega a su sala de cine más cercana, este filme, el cual nos invita a reflexionar sobre cómo el amor rompe las barreras culturales y, aún más, demostrarnos como superarlos. Y me encanta, porque de verdad es un reflejo puro de lo que varios tienen que pasar por “x” motivo. Claro está, que en esta producción se habla de la diferencia religiosa-cultural, pero perfectamente se puede llevar a una realidad con problemas diversos, tales como los estatus sociales, raciales, eclesiásticos, políticos, etc.

Tomaron una realidad de muchos y de una forma inteligente, sencilla y cómica, hicieron una película realmente divertida y agradable de ver. La única persona que no la disfrutó en la función a la cual asistí, fue la chica que estaba sentada al lado mío quién veía su celular cada 5 minutos; – por favor, evitar hacer eso en una sala de cine, gracias -; pero todos los demás presentes quedamos fascinados.

Personalmente lo que más disfruté, además de sus actuaciones, fue su originalidad. Jamás me vi enfrentado a un humor forzado, o con miras a serlo. La película sincera al no querer aspirar más allá de lo que realmente es: una comedia inteligente con entretenimiento a través de situaciones cotidianas y llevaderas.

Si espera comedias románticas en las cuales pasan cosas “porque sí” sólo para generar risa fácil, no pierda su tiempo ni energía viendo esta gran película. Pero si aspiran a un humor mucho más rápido, elocuente y con la intención de acercarse a la realidad lo más que pueda, entonces esta película es para usted.

En lo personal la recomiendo sí o sí. Sé que más del alguno se sentirá reflejado de alguna u otra manera con las situaciones que ahí se expresan, o quizá con la historia de mi amigo Memo, sea cual sea la comparación, yo les digo que esta es una gran comedia romántica, la cual no se pueden perder.

Vayan al cine, compórtense de una manera respetuosa, respete para que lo respeten, y recuerde siempre comer cabritas, o lo que sea que lleve a la sala de cine, de una forma educada sin hacer mucho escándalo.

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