[Reseña] Sex education: La vida sin tapujos

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Netflix ha sabido abrirse paso en la industria no solo como un gran canal de streaming a lo largo del mundo, sino que marcando pauta en la generación de contenido original. Y si bien constantemente se encuentra en la lucha entre enormes aciertos y lamentables caídas, la nueva serie «Sex education» es sin duda uno de sus más recientes triunfos.

Sinopsis: Otis, un adolescente inexperto, aprovecha los conocimientos de su mamá, una terapeuta sexual, para abrir una clínica clandestina en la escuela. Se viene un año espectacular, lleno de amor, risas y lubricante.

No necesitas mucho para engancharte de «Sex Education»: La serie no demora un minuto en declarar que no tiene miedos ni tabúes y que será una aventura para la que necesitas una mente abierta.

A simple vista una mezcla de comedia y drama adolescente como muchas de las que existen, con personajes que no escapan de la clásica construcción escolar estadounidense a la que estamos habituados, pese a que esta vez la locación sea el Reino Unido. Sin embargo poco a poco nos vamos dando cuenta de que los personajes pueden ser mucho más de lo que aparentan, sin ningún intento forzoso de cambiar los estereotipos, pues quizás es momento de aceptar que, para los más jóvenes, estos ya cambiaron.

Con un guión sumamente entretenido y audaz, «Sex education» nos interna en la vida de jóvenes que al ir descubriendo su vida sexual, se encuentran con una serie de problemas que no saben como enfrentar. Curiosamente Otis, un chico que solía pasar desapercibido y con escasa experiencia, descubre su heredada habilidad para ayudar a las personas a desentrañar estos dilemas, y de paso hacer frente a los propios.

Pese a la larga duración de los 8 capítulos con los que cuenta la serie (cerca de 50 minutos cada uno), la narración fluye rápido, y devorarse capítulos uno tras otro no es desafío. Poco a poco la diversidad de personajes se va haciendo notar, y tras esa primera impresión estereotipada se van develando duras realidades a las que deben enfrentarse y con las que deben luchar a diario, todo bajo personalidades que a su modo, se hacen querer.

El casting incluye a personajes conocidos como Gillian Anderson (The X-Files), quien interpreta a la mamá de Otis, una liberal terapeuta sexual, pero que como madre batalla en el camino de criar a un adolescente. Otis es representado por Assa Butterfield (El juego de Ender), un chico tímido e inteligente que poco a poco se atreve a salir de su zona de confort para arrojarse a un mundo lleno de sorpresas.

También veremos muchas caras nuevas, como Ncuti Gatwa, quien está tras el papel de Eric; un joven gay que abraza su identidad mientras intenta armonizar con su religiosa familia y un mundo hostil, y quien nos entregará a mi gusto algunos de los momentos más conmovedores de la serie.  También están Emma Mackey Aimee Lou Wood, Maeve y Aimee, quienes dan vida a dos de los personajes femeninos más destacables.

Llena de comedia que te hará disfrutarla a concho, pero también con mucho sentimiento y momentos vibrantes, además de un montón de espacios para reflexionar; sobre las relaciones entre pares, el abordaje de la sexualidad, la diversidad, el feminismo, las expectativas y la sociedad en general, mensajes que capítulo a capitulo irán atrapándote un poco más, derribando tabúes hasta llevarte a un final con una puerta a una segunda temporada que es nada forzosa, y que llegados a este punto, de todas formas ansiamos. 

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